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martes, 16 de noviembre de 2010

Las mujeres del Conde

Palacio del Conde de Aranda en Épila.

Pedro Pablo Abarca de Bolea, X Conde de Aranda, señor de Épila, Almonacid de la Sierra, Lucena de Jalón, Salillas de Jalón, Lumpiaque, Rueda de Jalón (vizconde), Urrea de Jalón y otros castillos y poblaciones no era un hombre agraciado; era más bien feo, bizco, con el cuello ladeado, desaliñado, tozudo…pero, sin embargo, tenía cierto atractivo con las mujeres, aunque, según parece, siempre fue fiel a sus dos esposas.

La primera de ellas fue Dña. Ana Mª del Pilar Silva Fernández de Híjar y Portocarrero, hija del VII Duque de Hijar con la que contrajo matrimonio por poderes el 19 de marzo de 1739, a la edad de19 años. Los condes tuvieron tres hijos: el mayor, Luis Augusto, que iba a ser el heredero, murió a los 16 años; su hija Ventura Mª del Pilar, no se casó y, su otra hija, Mª Ignacia del Pilar, también moriría tempranamente aunque tuvo dos hijos de su matrimonio con José Maria Pignatelli de Aragón y Gonzaga, 3er. duque de Solferino. La Sra. Condesa murió en enero de 1784, estando Pedro Pablo, que ya contaba 65 años, de embajador en la corte francesa.

Tres meses más tarde de la muerte de su esposa, el Conde, con el permiso del Rey, volvió a casarse con su bella sobrina nieta Mª Pilar Silva Fernández de Híjar y Palafox, que había nacido en 1766 y que, por tanto, tenía 17 años. El viejo Conde estaba como un chico de feliz y, la boda, celebrada en Madrid en el Oratorio de la casa de los Duques de Híjar, fue espectacular “sirviéndose un ramillete y delicado refresco para, posteriormente, pasar a la casa de D. Pedro Pablo donde se sirvió una sumptuosa cena” *.

Volvieron a París donde la presentó a toda la Corte, pero el clima no le sentó bien a la joven embajatriz y tuvo que acudir a varios balnearios franceses para curar sus problemas cutáneos.

Años más tarde, el Conde de Aranda cayó en desgracia -en otra ocasión contaré las causas- y, tras estar desterrado en Granada y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), se le permitió volver a su palacio de Épila en 1795. Murió el 9 de enero de 1798 de una pulmonía. Su viuda Mª Pilar quedó como heredera universal pero, al no tener descendencia, el Condado de Aranda pasó a su padre, el IX Duque de Híjar que se convirtió en el XI Conde de Aranda.

Dña Mª Pilar volvió a casarse con Francisco Fernández de Córdoba y Glimes de Brabante, 1er. duque de Alagón del que tampoco tuvo descendencia y murió en Madrid el 28 de marzo de 1835.

En la actualidad el título lo ostenta un famoso personaje de la prensa rosa, nada más ni nada menos que Cayetana FitzJames Stuart y Silva, XVIII Condesa de Aranda y XVIII Duquesa de Alba, entre otros numerosos títulos.

* "Memorial literario instructivo y curioso de la corte de Madrid"

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Sic transit gloria mundi"
No lo digo con ningún retitín religioso-cristiano, una peste que inunda nuestras vidas, sino como una falta de ENTENDIMIENTO que ahoga a la humanidad, la nuestra la española. Dos hombres tozudos uno contra el otro: Carlos Borbón 3º> < Pedro Pablo Aranda que no supieron salvarnos, España se hunde. Lo peor es que no hemos aprendido la lección de la historia, como sentenció Jorge Santayana.

Arsenio Rey Tejerina