El año pasado por estas fechas colgué un post sobre la degustación de las
suculentas sardinas y caballas de la Bahía Gaditana y el litoral atlántico. Lo repito
modificado.
En esta época estival, estos pescados -son baratos- están en su punto justo de grosor, de grasa y
de yodo. Aquí, en el sur, las ponen en los bares y chiringuitos de la playa,
asadas, a la plancha o en espeto. Las sardinas –no deben ser muy grandes- deben
asarse con tripas y escamas, presentarse enteras y comerse con las manos.
Levantar su piel acerada que actúa de papillote y encontrarse con los lomos
cubiertos por una película de grasilla blanca es un placer para la vista. Y
ahora viene lo mejor, desprender su carne con pequeños mordiscos mientras te
pringas la barbilla y las manos. Una cerveza bien fría o un buen fino o
manzanilla o, incluso, un buen cava, maridan bien con estos exquisitos bocados.
El tinto no les va, ni siquiera el de verano. Servilletas de papel que no falten.
(En las imágenes, espeto en el "Puerto-Madrid" de Valdelagrana y pesquera de caballas y una palometa realizada en el 240º a bordo del S/Y "Raquelina". Fotos: J.I.D.).
2 comentarios:
hablando de otra cosa, que pasa con la guitrera, parece que hay cambio de sede ? ya contaras algo de ese tema.
En efecto, hay cambio. Dedicaré un monográfico al tema. Te adelanto que bajamos de altitud, lo que se agradece, ya somosun poco mayores.
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