Es una obra de arte, representa una alegoría de la sociedad actual, donde las raíces se están perdiendo, ya no están dentro de uno mismo, ni de la tierra, han salido fuera y claro la vida está muerta, nos estamos cargando todo lo nuestro. Mirad al lado ¿que vemos? unos arbolicos famélicos y unos edificios totalmente asépticos, sin personalidad ninguna. Vamos "la vida misma"
41º40'00''N.00º54'30''W (coordenadas de un sauce blanco a orillas del Ebro, título de la obra. Se trata de una escultura de escayola pintada con una pátina marrón ocre y verde en bronce, obra del británico Michael Winstone. A primera vista, la escultura puede evocar un árbol invertido que crece hacia el suelo: el árbol posee un equilibrio inherente, al igual que la escultura, aunque ésta se encuentra invertida, creciendo hacia el suelo. Pero al contemplarla detenidamente descubrimos la enorme sensibilidad y sensualidad de sus formas, que simbolizan una familia. En efecto, la escultura presenta un tronco central femenino del que crecen las ramas que representan al hombre y al hijo. Estas siluetas se unen en una única forma. El artista crea una presencia escultural robusta, que contrasta con la sensualidad de sus formas; posee los rasgos de la historia de los árboles, incluyendo la erosión por el agua y el clima y los depósitos, acumulados a lo largo de los años. La silueta de la escultura cambia al observarla desde diferentes perspectivas. A través de esta movilidad la pieza cobra vida. Sus potentes tonalidad y textura contrastan con la suavidad del verde césped que crece a sus pies. La escultura domina el espacio tanto de día como de noche.
Situada en la rotonda de la Avda Ranillas junto al Parque de la Tolerancia y la Noria de la Paz, entre la calle Légaz Lacambra y el desvío a la autovía de Barcelona. Más información: sculputer.com
3 comentarios:
Es una obra de arte, representa una alegoría de la sociedad actual, donde las raíces se están perdiendo, ya no están dentro de uno mismo, ni de la tierra, han salido fuera y claro la vida está muerta, nos estamos cargando todo lo nuestro. Mirad al lado ¿que vemos? unos arbolicos famélicos y unos edificios totalmente asépticos, sin personalidad ninguna. Vamos "la vida misma"
¿Cuantas cosas dejaremos de ver?
Porque si no lo cuentas a mi ni se me ocurre,
41º40'00''N.00º54'30''W (coordenadas de un sauce blanco a orillas del Ebro, título de la obra.
Se trata de una escultura de escayola pintada con una pátina marrón ocre y verde en bronce, obra del británico Michael Winstone. A primera vista, la escultura puede evocar un árbol invertido que crece hacia el suelo: el árbol posee un equilibrio inherente, al igual que la escultura, aunque ésta se encuentra invertida, creciendo hacia el suelo. Pero al contemplarla detenidamente descubrimos la enorme sensibilidad y sensualidad de sus formas, que simbolizan una familia. En efecto, la escultura presenta un tronco central femenino del que crecen las ramas que representan al hombre y al hijo. Estas siluetas se unen en una única forma.
El artista crea una presencia escultural robusta, que contrasta con la sensualidad de sus formas; posee los rasgos de la historia de los árboles, incluyendo la erosión por el agua y el clima y los depósitos, acumulados a lo largo de los años. La silueta de la escultura cambia al observarla desde diferentes perspectivas. A través de esta movilidad la pieza cobra vida. Sus potentes tonalidad y textura contrastan con la suavidad del verde césped que crece a sus pies. La escultura domina el espacio tanto de día como de noche.
Situada en la rotonda de la Avda Ranillas junto al Parque de la Tolerancia y la Noria de la Paz, entre la calle Légaz Lacambra y el desvío a la autovía de Barcelona.
Más información:
sculputer.com
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