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martes, 23 de febrero de 2016

ALONSO DE ARAGÓN

Capilla de La Seo con los sepulcros de Hernando de Aragón y de su madre Ana de Gurrea, hijo y amante respectivamente de Alonso de Aragón)
Capilla de La Seo con los sepulcros de
Hernando de Aragón y de su madre Ana de Gurrea, 
hijo y amante respectivamente de Alonso de Aragón 
(imagen de la derecha).
Si vistéis la serie "Isabel" -o parte de ella, sobre todo los primeros capítulos- pudistéis comprobar que el futuro Fernando II de Aragón mantenía frecuentes relaciones amorosas con una dama catalana llamada Andolza Roig e Iborra. Quizá vistéis, también, el cabreo que se cogió Isabel de Castilla cuando se enteró que, en uno de los viajes a la Corona de Aragón de su marido, éste había visitado a Alonso, el hijo que Fernando había tenido con la de Cervera.
Alonso nació en 1470 en el pueblo de su madre. Su abuelo Juan II lo propuso para arzobispo de Zaragoza cuando solo tenía 5 años -práctica habitual  para los bastardos era colocarlos para cargos eclesiásticos-. Roma se opuso, pero tres años más tarde, Alonsito era ya el arzobispo cesaraugustano, muy a su pesar, pues él no tenía vocación alguna y sentía una gran indiferencia por la "res sacra", hasta tal punto, que no fue ordenado sacerdote hasta 1501, siendo su misa de ordenación la primera y única que celebró en su vida.
Alonso, lejos de su condición eclesial,  fue un hombre de mundo y de acción. En el ámbito privado vivió muchos años amancebado con Ana de Gurrea, de la que tuvo un mínimo de siete hijos, mientras que  en el ámbito publico destacó por sus dotes de estratega y de político. Durante el reinado de su padre ocupó importantes cargos, primero como lugarteniente real y después como virrey de Aragón. A la muerte de su padre,  Alonso mantuvo su poder y su influencia en los primeros años de reinado de su sobrino Carlos I de España y V de Alemania, hasta que, finalmente murió en la localidad zaragozana de  Lécera el 24 de febrero de 1520, siendo enterrado, más tarde,  en la catedral de La Seo, edificación a la que había sometido a mejoras y ampliaciones.
Sus hijos Juan y Hernando llegaron a ser,también, arzobispos de Zaragoza, mientras que de su hija Juana, nació el que más tarde sería santo de la iglesia católica, el jesuita Francisco de Borja.

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