BUÑUEL EN MÉXICO (2)

El éxito de "El Gran Calavera" animó a Óscar Dacingers a realizar una nueva película, esta vez sobre niños pobres. Buñuel aceptó el reto y, medio disfrazado u, un tanto harapiento, se dedicó a recorrer las "ciudades perdidas" -"villas miseria", "ranchitos", "favelas"...en otras zonas de Sudamérica- y observar a su pobladores, sus medios de vida, sus chabolas...Todas estas apreciaciones sirvieron para elaborar el guión de "Los olvidados". Esta película le causó a Luis un sinfín de problemas, sobre todo, por parte de la burguesía mexicana y los amantes de las tradiciones del país. Pero, incluso en París, cuando la película se estrenó en 1950, sus amigos surrealistas se quedaron impresionados y llegaron a decirle que era una película peligrosa por considerarla burguesa por unas escenas en las que aparecía el papel de la policía como necesario y por que en el reformatorio el director era demasiado amable con los internos. Gracias a un artículo elogioso del director soviético Pudodkin en "Pravda" sobre la película, el Parido Comunista de Francia cambió de parecer de la noche a la mañana. Fue presentada en Cannes y obtuvo el Premio a la mejor dirección. Este éxito europeo sirvió para que en México también diesen un giro de tuerca y la película se exhibió en una buena sala durante dos meses.

En 1951 Buñuel rodó tres películas: "La hija de engaño", "Una mujer sin amor" y "Subida al cielo". La primera fue considerada por Luis como mediocre; la segunda, como la peor de su filmografía y, de la tercera, guardaba buen recuerdo. Narra la historia de un viaje en autobús por el estado de Guerrero, una de las zonas más violentas del país antes y ahora.