BLOG DIVULGATIVO

viernes, 19 de febrero de 2016

BUÑUEL Y LA GUERRA CIVIL (4)

En el capítulo anterior dejamos a Buñuel conocedor de la muerte de Lorca. Federico, al que Luis adoraba como persona y como poeta, había estado distanciado de Buñuel por el asunto aquel de la homosexualidad e, incluso, por la película Le chien andalou, ya que Lorca consideraba que él era "el perro". Pero en 1934 se habían reconciliado totalmente y, con frecuencia, acompañados por Ugarte, subían en el viejo "Ford" de Buñuel al monasterio benedictino de El Paular, en la localidad madrileña de Rascafría, al pie de la Sierra de Guadarrama. El establecimiento religioso estaba prácticamente abandonado desde la Desamortización de Mendizábal, pese a haber sido declarado Monumento Nacional en la época de Alfonso XII y estar ocupado, a veces por Bellas Artes. Allí hablaban de pintura, de poesía, pero también de la que se veía venir.

Al poco del desembarco de Franco, Federico decidió regresar a su Granada del alma, pese a que Luis y otros amigos intentaron disuadirle de ello, sin conseguirlo.

Así habla Buñuel de Lorca:

"De todos los seres vivos que he conocido, Federico es el primero. No hablo ni de su teatro, ni de su poesía, hablo de él. La obra maestra era él. Me parece, incluso, encontrar
a alguien semejante. ya se pusiera al piano para interpretar a Chopin, ya improvisara una pantomima o una breve escena teatral, era irresistible.Podía leer cualquier cosa, y la belleza brotaba siempre de sus labios. Tenía pasión, alegría, juventud. Era como una llama".

"El anuncio de su muerte fue una impresión terrible para todos nosotros...Jamás se han encontrado sus restos. Han circulado demasiadas leyendas sobre su muerte, y Dalí -innoblemente- ha hablado, incluso, de un crimen homosexual, lo que es totalmente absurdo. En realidad, Federico murió porque era poeta. En aquella época se oía gritar en el otro bando: "¡Muera la inteligencia!".

No hay comentarios: