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sábado, 20 de febrero de 2016

BUÑUEL Y LA GUERRA CIVIL (5)

Buñuel se comprometió de forma decidida con la causa republicana. De este modo, y a instancias de Luís Araquistáin, entonces embajador en París,  se trasladó a la capital gala para desempeñar tareas de propaganda e información en la legación diplomática republicana. Así, entre otras funciones, supervisó la producción y realización de la película "España Leal en Armas", se encargó de la programación cinematográfica del pabellón español en la Exposición Internacional de París de 1937, la misma en la que se expuso el inmortal “Guernica” de Picasso, una obra de la que por cierto, Buñuel no tenía una opinión muy favorable. También realizó otro tipo de misiones: en una ocasión llegó a hacer de guardaespaldas de Juan Negrín, el presidente del Gobierno de la República en una de sus visitas a la capital francesa e incluso se trasladó a la localidad vasco-francesa de Bayona con la misión de ocuparse “del lanzamiento por encima de los Pirineos de pequeños globos cargados de octavillas” con la ayuda de un grupo de amigos comunistas. Durante su tiempo de estancia en París, lamentó amargamente la actitud del Gobierno francés que se negó a prestar su apoyo a la asediada República Española, “y ello por cobardía, por miedo a los fascistas franceses, por temor a complicaciones internacionales”. Y, sin embargo, destaca con emoción cómo, en contraste, el pueblo francés, “y en particular, los obreros miembros de la CGT, nos aportaban una ayuda considerable y desinteresada”.

En la fase final de la contienda, Marcelino Pascua, era el nuevo embajador republicano en París,  lo envió a Hollywood para trabajar como asesor histórico de películas en apoyo a la República Española. Allí encontró un nuevo territorio hostil puesto que la Asociación General de Productores Americanos, obedeciendo órdenes directas de Washington, prohibió las películas sobre la guerra civil. Tampoco halló Buñuel excesivo apoyo en las estrellas del momento: Charles Chaplin se negó a firmar un manifiesto a favor de la República  mientras que John Wayne, ultraconservador y antirrepublicano,  organizó un Comité de artistas favorables al bando franquista, del cual fue su presidente y que hizo todo lo posible por obstaculizar la misión de Buñuel. Su fracaso en Hollywood hizo que el calandino se trasladase a Nueva York. Poco antes, había sido movilizada su quinta y, por ello, intentó volver a España, pero Fernando de los Ríos, el embajador republicano en los EE.UU., le hizo desistir de esta idea. Pocas semanas después, terminada la guerra, Buñuel, al igual que miles de nuestros compatriotas, sufrió la amargura de la derrota republicana y de un obligado exilio.

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