El lunes nos levantamos temprano, desayunamos y salimos
pitando para Bardallur. El navegador nos llevó sin problemas a la A-2 y en menos tiempo del esperado, llegamos a La Almunia. Alli nos aprovisionamos en el
Mercadona de La Almunia y llegamos a Épila. Paramos en el “Clapton”, saludamos
a Carlos “El Sastre” y llegó Raúl, el marido de mi sobrina Pilar. Charlamos un
poco, nos tomamos unas cervezas y fuimos a casa de mi hermano Joaquín. Allí nos
estaban esperando mi cuñada Pili, mi hermano, su hija Pilar y mi sobrina-nieta
Marina, que está cada vez más guapa, espabilada y andarina. Comimos unos sabrosos
caracoles refritos y ternasco a la parrilla alimentada con sarmientos. La carne
estaba fabulosa. Después de comer, llegamos al pueblo, descargamos y
descansamos un rato en la salita pues la casa estaba helada. Sobre las 7, tras
saludar a mi hermano Fernando y al
Antonio Vicente “El Algarrobo”, que estaban en el taller, fuimos al bar del “Chispa”. Allí nos
encontramos con Vicente Medrano que estaba hablando con un señor de no sé dónde
–aunque creo que vive en Plasencia-, y Manuel. Saludamos a Joaquín “El Rabal”y
empezamos a tomar penaltis –cañas pequeñas de cerveza, como los zuritos vascos-
y poco a poco, fueron incorporándose el
Arilla, el Alfonso, Santos el de Urrea, el Octavín y, más tarde, los dueños del
bar, la Mercedes y el Justo. Todos se
fueron a casa, pero nosotros aún nos
quedamos un rato más. Llegamos a casa,
cenamos un revuelto de ajetes con jamón y vimos un poco la TV antes de
acostarnos.
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