Virginia es una ejecutiva hija de la clase media-alta de Madrid. Trabaja en una agencia de publicidad y consume sin pasión la oferta cultural más refinada de Madrid. Harta de un trabajo poco satisfactorio y de relaciones sentimentales estériles lo deja todo y decide emprender un viaje al cabo de Gata. A los 38 años, su propósito es poder conmoverse, algo que lleva demasiado tiempo sin poder conseguir. En plena primavera se instala en un apartamento de San José (Almería) frente al mar. Ahí se relacionará con personajes extravagantes y personas rebotadas, como ella, de la gran ciudad. A lo largo de ocho meses sufre una transformación fruto de las experiencias que tiene con tres hombres muy diferentes: un camarero gitano, un ejecutivo de Madrid y un esteta que regenta un hotel rural.
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