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sábado, 29 de septiembre de 2018

TAL DÍA COMO HOY DE...

1833, murió en Madrid uno de los Borbones más pérfidos de la historia de España, Fernando VII, "El Deseado" en ciertas épocas de su vida, "El Felón", a partir de entonces. 

Fernando había llevado una vida de todo tipo excesos  A sus cuatro consortes debemos agregar innumerables amantes que escogía durante sus incursiones nocturnas por las oscuras calles de Madrid -parece ser que estaba bien dotado-. Hasta el final de sus días y a pesar de sus tres primeros matrimonios poco felices, no tuvo descendencia legítima ni bastarda. Fue justamente con su cuarta esposa, y además sobrina, María Cristina, con quien tuvo dos hijas (Isabel -futura reina, muy a pesar del hermano del rey, Carlos, que daría origen a las "guerras carlistas" y Luisa Fernanda. Un dato curioso: se dice que esta joven sería la nieta del odiado Godoy, ministro de Carlos IV y amante de la reina María Luisa, madre de Fernando.
Los excesos de la carne, tanto de las que se ingieren como de las otras, lo condujeron a una insuficiencia renal, hipertensión y gota, mezcla complicada que lo puso al borde de la muerte. Los médicos ya no sabían qué hacer ni a quien consultar. Sabían a quién llamar, pero como el doctor Pedro Castelló Ginestá estaba preso por ser liberal, nadie se atrevía a nombrarlo. Al final y estando el rey a punto de convertirse en un habitante eterno del Escorial,  alguien sugirió el nombre del buen doctor y Fernando, desesperado, lo convocó. Castelló hizo su trabajo y al poco tiempo el Felón volvía a ser tan cabroncete como antes.
Pero en julio, volvió a enfermar y ya, esta vez, el doctor Castelló no pudo hacer nada por su salvación, muriendo a los 48 años de edad.
El cuerpo de Fernando fue conducido al Escorial para descansar con sus predecesores en el trono, pero el traslado fue poco afortunado, pues  el pesado ataúd cayó al piso y partió uno de los escalones de mármol del recinto donde los reyes cumplen el precepto bíblico de volver al polvo primigenio. El lugar de marras se llama "El Pudridero", un nombre chocante pero apropiado para la misión que cumple. El escalón de mármol nunca fue reemplazado y es otra marca poco gloriosa que el Felón ha dejado en la historia de España. Le sucedió como regente su esposa Mª Cristina, iniciándose con ella un período liberal y una guerra: la 1ª guerra carlista entre los partidarios de Carlos Mª Isidro y los isabelinos.

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