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martes, 27 de noviembre de 2018

¡ALGUIEN CONOCÍA ESTO?

Entierro de Emilio Mora.
Acta de inhumación de Mola.

Indalecio Prieto pidió a la aviación soviética que bombardease la comitiva fúnebre del funeral del general Mola celebrada en Pamplona el 17 de junio, día en que fue trasladado de la catedral al Mausoleo de los Caídos, pues su primera sepultura se realizoó en el cementerio pamplonés el día 4 de junio. Corría el año 1937 y Prieto, a la sazón ministro de Defensa de la II República, urdió un plan con el agente soviético Orlov para acabar con altos cargos del mando nacional, a bomba limpia, mientras asistían al entierro de Mola, fallecido en accidente de aviación el día 3 de junio, todavía sin esclarecer si hubo sabotaje o maniobra para lograr quitarlo de la circulación por parte de Franco, pero este asunto es tema de otra entrada que en breve publicaré.



Lo revela José Mª Zavala en su libro "Los gángsters de la Guerra Civil". La idea de Prieto era asestar un golpe mortal al mando nacional, Franco incluido: “Podemos aprovechar la oportunidad –le explicó Prieto a Orlov– para destruirlos a todos, si sus pilotos rusos les rociasen generosamente con bombas y fuego de ametralladora”.


Orlov transmitió los planes al general Schmutchkievic, responsable de la fuerza aérea soviética en España. Con el beneplácito del comisario de Defensa, Voroshilov y –por tanto– de Stalin, los rusos se prepararon para lanzar dos ataques sobre la comitiva fúnebre. Primero, uno de Katiuskas y, segundo de cazas Polikarpov (los llamados "ratas" por los sublevados y "moscas" por los republicanos, por su forma de actuar), armados con dos ametralladoras capaces de efectuar 3.500 disparos por minuto. El plan era ultrasecreto: Prieto era consciente del rechazo que provocaría en el Gobierno republicano. Aquello implicaba perpetrar una matanza y si alguien supiera que la idea había surgido de un ministro español, acarrearía el descrédito internacional. Todo estaba listo para lanzar el bombardeo cuando una llamada de Manuel Azaña vetó la operación. Prieto había confiado los planes a su amigo Julián Zugazagoitia, ministro de la Gobernación y fundador en aquel mismo mes  del DEDIDE (Departamento Especial de Información del Estado) y éste se lo había contado al presidente, que sin dudarlo, abortó la decisión.
¿Será verdad? Yo me inclino por el no, aunque en la guerra, todo es posible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Azaña como Jefe del Estado abortó la operación, igual que Franco que bombardeó Guernica y todo lo que se puso por delante, sin tener en cuenta para nada el personal civil. No sólo eso sino que firmó condenas de muerte para civiles sin que le temblara el pulso, eso si, luego era paseado bajo palio por la jerarquía eclesiástica y comulgaba cada día con cara angelical, aunque su conciencia era diabólica, fría y sanguinaria