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miércoles, 19 de junio de 2019

LA CENSURA EN ESPAÑA TRAS LA REVOLUCIÓN FRANCESA (2)


Si en 1789, la preocupación por la divulgación de las ideas revolucionarias provenientes de Francia, había sido una constante en la realeza y el gobierno de la nación, 1790 va a ser el año de la inquietud y el espanto.  A medida que se difundían los mensajes revolucionarios se acrecentaba la represión contra los mismos. El conde de Floridablanca llegó a decir en un informe: (sic) "El incendio de Francia va creciendo y puede propagarse como la peste. La necesidad de formar un cordón sanitario contra esta peste estrecha más y más cada día, y es preciso arrimar a ciertos puntos de la frontera todas las tropas posibles. El pretexto legítimo para este cordón será, sin entrar ni nombrar nada de lo que toque  a la revolución francesa, divulgar los avisos y temores que tenemos de que los malhechores franceses meditan pasar la frontera y venir a robar a las gentes de nuestros pueblos" .
Sin embargo, tres hechos iban a influir de forma directa la política española: las intrigas del grupo afín al conde de Aranda (los "aragonesistas"), el atentado fallido contra Floridablanca por un exaltado francés y  el descontento desencadenado por la política tributaria.


Aristócratas y militares se venían reuniendo con Aranda desde 1789 y, aunque la intriga era todavía leve -caricaturas, sátiras manuscritas...contra Floridablanca pasaban de mano en mano-, Carlos IV mantuvo al conde en su cargo como así se lo había pedido su padre. Se detuvo a los instigadores y se les desterró, salvo a la intocable nobleza. 

Las aguas volvieron a su cauce, pero en julio, Floridablanca fue apuñalado levemente en el palacio de Aranjuez y la Corte lo interpretó como el envío de un emisario de los clubes franceses. El autor, pese a que Floridablanca pidió  clemencia para él, fue ajusticiado.

  Sin embargo, las cargas fiscales a las que se sometió al pueblo, originaron levantamientos en varias partes del país, en Galicia, sobre todo, apoyadas por el obispo de Orense y el Gobierno tuvo que ceder y rebajar los impuestos.

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