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jueves, 20 de junio de 2019

LA CENSURA EN ESPAÑA TRAS LA REVOLUCIÓN FRANCESA (3)


En 1791, las ideas revolucionarias se fueron propagando con más celeridad en España y, a la par, se incrementaron las medidas represoras del Gobierno y la Inquisición.

Los "papeles" enviados por la Asamblea Nacional francesa eran introducidos a través de la Cerdaña francesa, fronteriza con España, lo que fue comunicado a Floridablanca para que tomase las medidas oportunas. Paralelamente, una orden de 25 de mayo, se enviaba a los comercios de lencería fina que habían introducido en algunas partes de las Indias, en Perú, sobre todo, relojes de faltriqueras y cajas para tabaco en polvo en que se advertía grabada una mujer vestida de blanco con una bandera en la mano y alrededor, una inscripción que decía "Libertad americana", para que dejasen de remitirlas.


En octubre, Floridablanca, fuera de sí decía: (sic) "Los franceses, partidarios de la independencia de todas las potestades, se han llegado a infatuar tanto hasta el punto de intentar establecerla en todos los países. Además de editar papeles incendiarios siembran sus ideas y máximas aun en aquellas obras cuyos objetos no tienen conexión alguna con la Religión, la Monarquía y la Política, cuáles son dlas de observaciónes físicas: Historia Natural y Artes, con cuyo pretexto declaman a favor dela citada independencia y de una Filosofía anticristiana".

A finales de año, la Inquisición  había recogido más de 400 papeles impresos procedentes de distintas localidades, entre ellos el discurso de Marchena* "A la Nación Española". Este mismo impreso se recogió en La Almunia de Doña Godina y pronto llegó a Zaragoza. Un agene descubrió que en Aragón se había diseminado otro papel revolucionario "El Caira" y un conde encontró en su correspondencia en la capital aragonesa un libro coloreado con el manifiesto de la Revolución. Los barcos franceses, por su parte, traían periódicos del país vecino y todo tipo de propaganda. Se dictaron normas y órdenes para que no saliesen correos de franceses hacia su país sin previo control de la Casa de Postas española y otras medidas represoras.

Como vemos, 1791 fue un año crucial en la difusión de las ideas revolucionarias.

              Como se puede apreciar en esta caricatura, el aspecto físico de Marchena no era muy agradable a la vista, hasta el punto que Mme. Stäel le llegó a definir como "una falta de ortografía de la Naturaleza" y Chateaubriand, como"un aborto con mucho ingenio"

* José Marchena, más conocido como "abate Marchena", aunque no tenía relación alguna con el clero, era un utrerano afrancesado que huyó a Francia para escapar de la Inquisición y, desde allí divulgó las ideas revolucionarias mediante discursos y alegatos. En 1808 volvió a España ocupando ciertos cargos junto a José I, pero al terminar la Guerra de la Independencia, se tuvo que exiliar de nuevo. Tras la sublevación de Riego en 1820 volvió, aunque murió en Madrid al año siguiente.


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