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sábado, 29 de junio de 2019

MONUMENTO A ALFONSO I "EL BATALLADOR"



Lo que faltaba en el monumento de ayer de Alfonso I "El Batallador" en el actual parque "José Antonio Labordeta" era el león, pues se añadió un par de años más tarde a la construcción inicial.
El año 1918 se cumplía el octavo centenario de la reconquista de Zaragoza por el rey Alfonso I. Con tal motivo se constituyó la Junta Patrocinadora del Octavo Centenario de la reconquista de Zaragoza, que entre otras actuaciones decidió erigir un monumento en memoria del rey. La prensa barajó varios nombres de escultores que podrían llevarlo a cabo: Benlliure, Julio Antonio, Capúz y otros. Finalmente fue José Bueno el joven escultor zaragozano, recién llegado de su estancia en la Academia Española de Bellas Artes de Roma, a quién la Junta le encargó a principios del mes de junio de 1918 "el estudio, el proyecto y ejecución del monumento".
En el mes de octubre, el escultor José Bueno presentó en una Sala del Museo Provincial dos proyectos diferentes. Uno se concebía como una estatua ecuestre para ser materializado en bronce, y el otro como estatua erguida, resuelta en piedra, e inspirada en la obra pictórica que sobre este rey realizó Francisco Pradilla en 1879 para el Salón de Sesiones del Ayuntamiento. La Junta se inclinó por éste último, siguiendo los criterios expuestos por Florencio Jardiel. La aprobación del proyecto y la materialización del monumento, no estuvo exenta de tensiones y demoras, debido el enfrentamiento entre la Junta y la Corporación Municipal, y a la grave situación social y política por la que atravesó la ciudad y el país.
El día 6 de enero de 1919 tuvo lugar el acto de colocación de la primera piedra del monumento, acto que había sido aplazado por la huelga general que afectó a la ciudad durante catorce días -del 8 al 22 de diciembre de 1918-.
A finales de 1920, José Bueno tiene terminado ya el modelado de la estatua en tamaño definitivo, con la ayuda del también escultor Enrique Anel. Poco después fue vaciada en escayola por Francisco Sorribas y finalmente pasada a mármol de Carrara por el italiano Gabriel Bechini en Barcelona, siendo posteriormente trasladada por piezas hasta Zaragoza. Durante la primavera de 1923 se concluye la realización del alto pedestal y en octubre se acaba de instalar la estatua. La colocación del león en bronce, obra del comandante de Infantería Virgilio Garrán fundida en los talleres Averly, no se produjo hasta el 6 de junio de 1927.
Jamás llegó a inaugurarse oficialmente el monumento, ni consta inscripción alguna alusiva al mismo.

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