Ayer me llegó por wasap (aconsejada así su escrituta por la R.A.E.) un tocho con el siguiente encabezamiento: " Ya sé por qué soy de Vox. Puede que aún no lo sepas, pero tú eres de Vox. Sí, y te lo voy a demostrar". A continuación enumeran hasta 18 puntos en los que afirman que soy de Vox por otras tantas razones y alguna más. Al principio pensé, ¿lo leo, o no lo leo? Me decidí por lo primero. Cada vez que iba pasando de un punto a otro iba pensando, "por ahora, no soy de Vox" y así, punto tras punto. Al final, llegué a la convicción de que no era de Vox -aunque eso ya lo sabía-. Ni uno solo de los argumentos entraban a formar parte de mis parámetros políticos. Terminan diciendo, los muy cretinos, "Por toso eso y mucho más...Tú eres de Vox y Vox solo quiere ser un instrumento al servicio de España, de los españoles y de sus valores". Un discurso franquista de los años 40, se queda a la izquierda de los planteamientos de estos iluminados defensores de la Patria. Contesté de malas maneras a quien me lo envió y me da la impresión de que tardará un tiempo en enviarme exabruptos como los que contiene el programa de esta ultraderecha recalcitrante y cavernaria que, para defenderse, siempre hablan de Venezuela, Cuba y otros países con cartilla de racionamiento, como si ellos no conocieran lo que supuso para los españoles la pobreza y el hambre al que estuvieron sometidos nuestros padres y abuelos en la etapa del Dictador que tanto defienden
. ¡Pobres diablos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario