Al contrario que en Aragón, en Castilla, los mudéjares, debido a la exacerbada religión católica de Isabel, se decretó la Pragmática del 14 de febrero de 1502 por la cual se les daba a elegir a los mudéjares la conversión o la expulsión (aparente, pues tres días más tarde, otra Pragmática decretó su prohibición de abandonar el reino). Así que el bautismo era la única salida. Los nuevos conversos serían denominados cristianos nuevos o moriscos y cualquier salida de lo estipulado en orden religiosa sería considerado herejía. Sin embargo, la Inquisición estuvo más pendiente de los judeoconversos que de los moriscos. La fecha que se decretó para los bautismos colectivos fue la de 1501 para Granada y 1502 para el resto. Los navarros, tras la conquista por parte de Fernando II, sería la de 1512. Mientras tanto, los mudéjares en Aragón lograron mantener su situación gracias a la nobleza terrateniente que los protegía de las agresiones por propio interés económico y por la actitud más conciliadora de Fernando. Pero la situación se complicaba. Los RR. CC. habían enviado al cardenal Cisneros a convetir por la fuerza a los mudéjares y esto provocó disturbios y una sublevación generalizada que obligó al bautizo obligatoria o a la expulsión. Así que en toda la península solo había ya mudéjares en Aragón, además gozando de sus privilegios y aforamientos. El censo de 1495 dio un número de 5.674 fuegos, lo que suponía un total de unas 25.000 personas, bastantes de ellos refugiados procedentes de Castilla a raíz de la pseudoexpulsión de 1502.Pero todo tiene su fin y, muerto Fernando, su nieto Carlos I dispone unas condiciones muy duras:
No hay comentarios:
Publicar un comentario