Cristóbal Colón partió hacia el nuevo Mundo por tercera vez el 30 de Mayo de 1498, saliendo del puerto de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). En esta ocasión viajó con un equipamiento muy superior al que le acompañase en su primer viaje, con una tripulación de 226 personas distribuidas en ocho naves.
Tras partir se dirigieron a la isla de Porto Santo, entonces bajo dominio portugués y lugar donde había nacido su esposa Filipa Moniz Perestrelo y su hijo Diego, y de allí, tras visitar la isla de Madeira, pasaron por los archipiélagos de Canarias y Cabo Verde.
La expedición desembarcó al sur de la isla de Trinidad el día 31 de Julio de 1498, siendo su primera tarea la de explorar el Golfo de Paria (que divide Venezuela de Trinidad) y parte del territorio del continente sur. Otras regiones que exploraron fueron la isla Margarita -la llamaron así por la cantidad de perlas que encontraron- y el archipiélago de las Chacachare (perteneciente en la actualidad a Trinidad y Tobago). También documentó la desembocadura del río Orinoco y, curiosamente describió estos lugares como parte de un continente inexplorado, pero poco después se retractó y volvió a asegurar que eran parte de Asia.
A su vuelta a la isla de La Española, Cristóbal Colón se encontró con un grave problema con los colonos, quienes habían viajado hasta allí en busca de las fabulosas riquezas prometidas por el Almirante y se sentían muy defraudados por lo hallado hasta el momento. Además de esto los indígenas habían reducido mucho su población debido a las enfermedades traídas por los occidentales y por los duros trabajos forzosos, por lo que se rebelaron en contra de los colonos.
Bobadilla arrresta a Colón
En el año 1500 los Reyes Católicos, en su descontento con la gestión de Colón, enviaron a Francisco de Bobadilla junto con tres barcos para normalizar la situación en la isla de La Española. Esto desembocó en el arresto de Cristóbal Colón y de sus hermanos, siendo traídos de vuelta a España para ser juzgados aunque Isabel La Católica abogó por la liberación de Colón, a costa de renunciar a sus títulos de Almirante de la Mar Océana y de Virrey de los territorios descubiertos por él, quedando seriamente menguada su fama.
En 1502 se ordena la destitución de Francisco de Bobadilla -moriría ese mismo año al naufragar, debido a un huracán, el barco en el que viajaba-, sucediéndole como Gobernador de La Española fray Nicolás de Ovando, que había partido de Sanlúcar en 1502 y llevando como tripulante a Bartolomé de las Casas, quedando atrás los sueños de gloria y riqueza de Colón -sus tierras fueron repartidas-, aunque poco después regresaría al nuevo continente por cuarta y última vez, pero esto es otra historia, al igual que la de Bobadilla, que un día de estos contaré.
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