LA ERMITA DE ÉPILA

La ermita dedicada da Santa María Magdalena dista unos 800 metros en línea recta del centro del caserío. Para llegar a la misma hay que seguir en dirección norte las callejas situadas más a poniente, ya cerca de los campos de manzanos que saturan el espacio hasta la carretera A-122.

Sus dimensiones son de 15 x 8 metros y  se halla enfoscado de cemento al exterior, debido a una intervención que se realizó para evitar su ruina. Probablemente su estructura original fue de mampostería. Las hechuras son de tradición románica pero muy tardía. Probablemente de finales del XIII. Hay una puerta a poniente y otras dos, cegadas en el muro sur. Estuvo, durante años,  completamente abandonada,ahora, como se ve en la imagen de arriba, se ha colocado una verja de hierro y un cartel explicativo y se ha restaurado.

Entre los signos de vandalismo, pintadas, malos usos -llegaron a guardar perros en ella- y otros destrozos, se encuentran unos símbolos en rojo a mitad de camino entre lo místico y lo esotérico con trazas de mayor antigüedad. 

Hace años, los vecinos de Épila, los 22 de julio, iban a la ermita en procesión y, después de la misa, era costumbre almorzar, al igual que se hace el día 24 de agosto en la ermita de San Bartolomé en Bardallur. Este año, se ha celebrado el día 21 con una misa baturra, reparto de magdalenas y sangría.