LAS BOMBAS DEL PILAR

HACE 75 AÑOS.-
En la madrugada del 2 al 3 de agosto de 1936, un avión trimotor Fokker F.VII -el EC-PPA- de la LAPE (Líneas aéreas postales española) que la República había militarizado, partió del aeropuerto del Prat con dirección a Zaragoza. El aparato, que tenía la orden de bombardear la capital aragonesa, siguió el curso del Ebro hasta llegar a la ciudad. El avión volaba, al parecer, a escasa altura, y tras descargar 4 bombas sobre El Pilar, decidió regresar a su lugar de origen al ver que ninguna explotó. Las bombas eran antiguas, de las que se habían utilizado en la 1ª Guerra Mundial, una de las causas, quizá, de su nula efectividad junto a los escasos metros de altura en que fueron lanzadas. Dos de ellas impactaron sobre la cubierta de la Basílica, otra cayó en la plaza y, otra, en el río. Se especula quién era el piloto; algunos estudiosos se inclinan por el alférez Villa Ceballos y otros por Manuel Gayoso Suárez. Lo que sí parece constatable es que la orden la dio el coronel Sandino que, por cierto, había sido bautizado en El Pilar.

Leyendas urbanas de todo tipo circularon por todo el territorio para dar explicación al acontecimiento y los fieles devotos creyeron que había sido un milagro debido a la intervención de la Virgen, algo que pervive hasta nuestros días.

Con todo el respeto a los creyentes, las circunstancias dejan claro que lo milagroso, según los expertos, hubiese sido que hubieran explotado.

(En la imagen, marca actual de donde cayó la bomba en la plaza. Información obtenida de http://joseacuenca.espacioblog.com/ y otros documentos escritos y sonoros.