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miércoles, 8 de febrero de 2012

I REPÚBLICA

Cuando faltan sólo unos días para que se conmemoren los 139 años de la renuncia al trono español de Amadeo de Saboya y la instauración de la I República (ambos hechos ocurridos el 11 de febrero de 1873) voy a escribir un pequeño texto sobre los prolegómenos de la misma y los avatares que sucedieron en este corto (acabó el 24 de diciembre de 1874) , pero turbulento, período de la Historia de España.

Tras el exilio forzoso de la reina Isabel II, después de la Revolución de 1868, siguió en España un período conocido por la mayoría como “Sexenio revolucionario” o “Sexenio democrático”, como últimamente le han dado por denominar. Fue un tiempo en el que hubo etapas monárquícas (Amadeo I de Saboya), republicanas, con diferentes apellidos, guerras civiles (3ª Guerra carlista y de los 10 años, en Cuba), revueltas cantonales por gran parte del país, atentados terroristas (asesinato de Prim), sublevaciones militares (General Pavía, Martínez Campos), escasez de alimentos y miseria en el pueblo llano. Terminó con la sublevación de Martínez Campos en 1874 y la restauración de la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII.

Entre los personajes zaragozanos que aparecen en este infausto período me voy a quedar hoy con dos: Jerónimo Borao y Clemente y Marceliano Isábal y Bada; el primero, monárquico; el segundo, republicano intransigente. El 1º, eminente catedrático, político y escritor, autor, entre otras numerosas publicaciones y tratados, del Diccionario de voces aragonesas ; el 2º, político y reputado jurista, amigo de Escosura y otros republicanos aragoneses.

Los dos tienen calle en Zaragoza. Jerónimo Borao va desde la calle Trovador, pasa por la Plaza de Toros y llega a Conde Aranda y la calle Marceliano Isábal, desde Azoque al Paseo de la Independencia.

Para saber más:


(En la imagen, caricatura del período en la revista "La Flaca").

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahora que tenemos a un ministro que dice que él personalmente cree que la ley que permite las bodas entre parejas de un mismo sexo es constitucional pero que su partido no lo ve así, podría tener la la hombría de Nicolás Salmerón, que antes de firmar una pena de muerte dimitió de presidente de la República. Claro que de esos políticos quedan pocos.