THE WALKING DEAD
Si esta escena se hubiera recogido hace una década, nadie dudaría de que se trataba del reclamo de un inteligente anuncio. Eslóganes para la ocasión: "Nuestro banco en el mejor de sus sueños", "Haga que su dinero descanse en nuestro banco", "Como en casa" "Cuidamos en persona de su dinero"... La realidad ha superado a la publicidad y hoy muchos cajeros se han corvertido en refugio de una sociedad sin techo financiero donde quien posee una tarjeta de crédito dispone, seguramente, de la llave de su propio infierno. El virus de la pobreza se extiende a una velocidad supersónica. Ahora mismo somos Caminantes de una pesadilla sin destino, zombis a las puertas del banco de las falsas promesas.
(Texto e imagen de www.elperiodicodearagon.com).
Si esta escena se hubiera recogido hace una década, nadie dudaría de que se trataba del reclamo de un inteligente anuncio. Eslóganes para la ocasión: "Nuestro banco en el mejor de sus sueños", "Haga que su dinero descanse en nuestro banco", "Como en casa" "Cuidamos en persona de su dinero"... La realidad ha superado a la publicidad y hoy muchos cajeros se han corvertido en refugio de una sociedad sin techo financiero donde quien posee una tarjeta de crédito dispone, seguramente, de la llave de su propio infierno. El virus de la pobreza se extiende a una velocidad supersónica. Ahora mismo somos Caminantes de una pesadilla sin destino, zombis a las puertas del banco de las falsas promesas.
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