A finales de los años 50 y principios de los 60, el chocolate HUESO de Ateca emprendió una intensa campaña publicitaria en la Radio. Incluso llegó a patrocinar un concurso "Eso, eso chocolates Hueso" que semanalmente se daba en Radio Zaragoza. Paco Ortíz era el locutor principal. Dividieron a Zaragoza capital en distritos. Un equipo móvil de la radio estaba en la puerta de la emisora. En un momento dado se sorteaba los distritos y se anunciaba acual había caído. El coche móvil con Paco Ortiz iban y se situaban dentro de ese distrito. Al rato se sorteaba la calle. El equipo móvil se iba a situarse en la calle agraciada. Luego se daba el número de la calle y luego el piso afortunado. Paco Ortíz llamaba a la puerta y si cuando salia el dueño o la dueña decía "Eso, eso chocolate Hueso" ya tenía posibilidades de ganar el pequeño premio que era entonces pero que nos parecía enorme. El premio se ganaba si también mostraban los propietarios del piso agraciado uno o dos envoltorios de tabletas "media libra o 200 gramos" de chocolate Hueso. Total que los radioyentes estábamos atentos y emocionados escuchando aquel concurso. Pero ya sabemos que todas las empresas tienen órganos (de dirección, de producción, de márquetink y demás) pero no tienen alma.
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A finales de los años 50 y principios de los 60, el chocolate HUESO de Ateca emprendió una intensa campaña publicitaria en la Radio. Incluso llegó a patrocinar un concurso "Eso, eso chocolates Hueso" que semanalmente se daba en Radio Zaragoza. Paco Ortíz era el locutor principal. Dividieron a Zaragoza capital en distritos. Un equipo móvil de la radio estaba en la puerta de la emisora. En un momento dado se sorteaba los distritos y se anunciaba acual había caído. El coche móvil con Paco Ortiz iban y se situaban dentro de ese distrito. Al rato se sorteaba la calle. El equipo móvil se iba a situarse en la calle agraciada. Luego se daba el número de la calle y luego el piso afortunado. Paco Ortíz llamaba a la puerta y si cuando salia el dueño o la dueña decía "Eso, eso chocolate Hueso" ya tenía posibilidades de ganar el pequeño premio que era entonces pero que nos parecía enorme. El premio se ganaba si también mostraban los propietarios del piso agraciado uno o dos envoltorios de tabletas "media libra o 200 gramos" de chocolate Hueso. Total que los radioyentes estábamos atentos y emocionados escuchando aquel concurso.
Pero ya sabemos que todas las empresas tienen órganos (de dirección, de producción, de márquetink y demás) pero no tienen alma.
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