EL VEEDOR

Tras la reunión de esta mañana, me he tomado un vino y una tapa en El Veedor, en la calle del mismo nombre. En Cádiz hay muchos establecimientos que fueron fundados por montañeses (cántabros). Solían tener una parte de almacén de comestibles y una pequeña barra para tomar unos vasos. También había un chicuco -un niño para los recados que hacía la vida en el propio negocio y que, normalmente, era sobrino de los dueños. El Veedor es una de estas tiendas-bar que, aunque se reformó hace poco, sigue manteniendo las mismas tapas y la misma calidad de sus productos. Las tapas más frecuentes y demandadas son las tortillas de diferentes hechuras y las chacinas y quesos. Yo siempre suelo pedir lo mismo: pata cocida -jamón de pata negra cocido, como el que se ve en la foto-, me la preparo a la gallega, con aceite y pimentón: una exquisitez. ¡Ah! La calle Veedor es una bocacalle de la plaza de San Antonio y un veedor era una especie de inspector-controlador.