Galiza, Outono 2013.
Chovía, como non. Non había neve aínda, pero si castañas e porco. Lo que se
representa es un esperpento a la intemperie otoñal que no hubiera imaginado ni
el mismísimo don Ramón de las barbas de chivo. Se celebra una procesión en honor
al santo del lugar que, acaso porque chove e chove, se limita a dar una vuelta
alrededor de la iglesia. Nadie sabe cómo, pero en el cortejo se ha colado la Fanfarria Takicardia
que, al intruso estilo de la católica iglesia en nuestro Estado, se
permite incidir en la ceremonia de modo catequizante. Nada mejor para eso que
revestir la procesión de herejía con los sones del himno anarquista. Y de
postre, la banda de "El coche fantástico". Observen la reacción del
cura. Ni Buñel, ni Fellini, ni Berlanga, ni Cuerda -tampoco- podrían haberlo
concebido. La realidad los supera a todos.
(Colab. JMTP).
1 comentario:
Todavía hay gente con imaginación.
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