Por cierto, A. Medrano dio con la respuesta a la pregunta de dónde proviene el nombre del edificio, que es la siguiente: Del gallo azul que hay en el mostrador de la planta baja pintado por el afamado artista jerezano José Luis Torres. Una anécdota: Cuando la familia Domecq, que fue la mecenas del edificio para promocionar sus vinos y embellecer la ciudad, fue a registrar el nombre comercial de "El Gallo Azul", se encontró que ya lo había hecho para una marca de vinagres la firma "Alfonso", propietaria de cafeterías y catering. Los Domecq le rogaron hiciese dejación del registro y Alfonso, en una comida en su restaurante "El Bosque" accedió, pero a cambio de 500 cajas de vino oloroso "Río Viejo". Los bodegueros y el hostelero firmaron el trato ante notario y al día siguiente un trailer llevó al restaurante las 6.000 botellas.
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