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jueves, 7 de mayo de 2015

ERMITA DE SARSA

                     
En 1972, los restos conservados de la ermita de Sarsa, de origen románico, fueron trasladados desde su emplazamiento original en Villar de Sarsa, antigua población situada en las faldas de la Peña Oroel, hasta Jaca. La ermita fue la iglesia parroquial de este pueblo que quedó abandonado hacia 1970. Para evitar la ruina del templo se optó por trasladarlo y de esta forma conservarlo.
La ermita pertenece al modelo de las pequeñas iglesias del románico rural, pudiéndose datar en la segunda mitad del siglo XII, muy posiblemente en los años finales de ese siglo -como la de Bardallur-.
Su planta presenta nave única rectangular que originalmente estaría cubierta con una techumbre de madera a dos vertientes, que no se ha conservado. La cabecera está compuesta por un presbiterio muy poco resaltado, cubierto con bóveda de cañón y un ábside semicircular cubierto con bóveda de cuarto de esfera. En el centro del ábside abre una pequeña ventana de arco de medio punto y doble derrame que dejaría pasar la luz al interior del templo. Los muros están construidos en sillería, con piedra arenisca de la zona, y apenas presentan decoración, salvo por una imposta biselada que recorre el interior.
La puerta de acceso abre a los pies de la iglesia, en un pequeño cuerpo adelantado coronado por modillones figurados, sobre los que apoyaba un tejaroz ( tejadillo construido sobre una puerta o ventana) no conservado. Presenta tres arquivoltas de medio punto, de las cuales la exterior y la interior son lisas y la central está decorada con tres filas de bolas jaquesas que denotan la influencia que la decoración de la catedral jaquesa tuvo en todos los templos de la Jacetania. Las arquivoltas apean por medio de una imposta corrida en sendas jambas en las que, a pesar de la erosión, todavía se aprecian varias figurillas y palmetas.
Al trasladar la ermita a Jaca se tomaron ciertas licencias para adaptar mejor el templo a su nuevo emplazamiento, lo que alteró algunos elementos del edificio: el ábside se reorientó hacia el oeste en lugar de hacia el este, como solía ser habitual en el románico; se disminuyó la longitud de la nave para adecuarla a los jardines; y, además, de las dos portadas que poseía, sólo se conservó la del lado sur, que se recolocó a los pies de la nave, tal como la vemos en la actualidad.

-La información, con algún pequeño añadido mío,  es de la web del Ayuntamiento de Jaca-.

(La foto del post de abajo es de JMTP).

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