La salutatio consistía en ir a saludar al patrono todos los días al amanecer (antiprima).
Desde la mañana, los clientes -ciudadanos libres que habían establecido una relación de apoyo y socorro mutuo con otros "pater familiae" mejor situados social y económicamente que ellos- hacían cola en la acera para cumplir con este deber. Los individuos se estratificaban según su categoría social y su relación con el patronus, y algunos recibían la sportula, recompensa económica o en especie (cesta de comida).
Desde la mañana, los clientes -ciudadanos libres que habían establecido una relación de apoyo y socorro mutuo con otros "pater familiae" mejor situados social y económicamente que ellos- hacían cola en la acera para cumplir con este deber. Los individuos se estratificaban según su categoría social y su relación con el patronus, y algunos recibían la sportula, recompensa económica o en especie (cesta de comida).
Había tres tipos de clientes: los que iban a saludar en la domus, los que el patronus llevaba a foro y los que lo acompañaban a todas partes. Todos debían ir togados.
La salutatio tenía distintas fases:
- La espera en la calle. Algunos patronos se compadecían de sus clientes y les ponían bancos de madera en las aceras, el vestíbulo o el atrio, para aliviar su espera.
- La diferenciación de clases.
- Visualización de la posición del patrono. Cuantos más clientes tenía, que muchas veces le acompañaban formando su séquito, más relevancia social manifestaba.
Para evitar la picaresca el patrono se colocaba junto a un esclavo que identificaba a los clientes, a los que llamaba nominalmente, mientras otro esclavo efectuaba el reparto.
La salutatio tenía lugar, normalmente en el atrium, pero dependiendo de su posición, podían pasar hasta el peristylum o al tablinum, el despacho del patronus.
Os acordáis de la película "El padrino", pues algo así.
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