La bebida en Roma es cara, incluso el agua. En muchos establecimientos no hay cerveza (birra) de grifo y suelen venderte botellines de 3/4 y de más capacidad. La birra común es la "Peroni" en sus dos principales variedades, etiqueta roja o azzurra. A MJ y a mí nos gustaba más la roja. La temperatura no era fría, fría, sino más bien, fresca, salvo honrosas excepciones. Los precios oscilaban entre 3 y 6€, dependiendo de los sitios y tamaño. La de 400 solían venderla a 7 o 7,5 €.
El vino era también caro. Tenían vino de la casa bianco o rosso, que era más barato (1/2 l. 8€) y lo servían en jarras. A mí me gustaba el Frascati, como el de la foto, un blanco acertado que costaba en los establecimientos que no eran de estar sentado, 7,5 €. También servían vinos y espumosos por copas (entre 6 y 8€ el vaso).
En esta imagen, MJ despacha una excelente lasagna en una trattoría un pelín apartada del circuito turístico. Antes de la lasagna, habíamos tomado un pequeño steak tartar y yo comí, de segundo, unos "saltimbocca" (filetes de ternera en salsa de salvia con jamón de Parma) a la romana. Para ser un sitio bastante digno (mantel, buena cristalería...) no fue muy caro (unos 35€ "per cápita"). Las pizzas y pastas suelen estar a precios similares a los de aquí, salvo en los sitios más "in" que pueden costar el doble.
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