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viernes, 4 de septiembre de 2015

LA BICICLETA


La bicicleta fue una fiel compañera  de nuestra infancia y juventud.  Con ella nos  movíamos por Bardallur, recorríamos  los pueblos próximos para ir de  fiestas, subíamos  al monte  por La Corona y los Portellares con destino  al Corralico y  la Torre Medina, íbamos al río a bañarnos,  a pescar…,también la usaba para llevarle el bocadillo de  tortilla a mi padre cuando trillaba en la era del Santo o íbamos a jugar al fútbol al mismo lugar…Aprendimos a arreglar los pinchazos, estirar la cadena, ajustar los frenos, preparar  la dinamo, engrasar el  piñón y el plato, cambiar radios…Una máquina imprescindible sin la cual no hubiésemos disfrutado de todo lo que estaba entonces a nuestro alcance. Mi última bici fue la que mi padre había utilizado toda su vida, era ligera, sin guardabarros y con ruedas finas, no como las Orbea o BH que usaban los hombres para ir al campo. Las chicas también tenían su bici, más pequeña y sin barra y solían utilizarla para ir al Vado a bañarse, generalmente por el camino de la Alberquilla; alguna vez osaban ir hasta el Azud y, las más, a la zona de la Roza, donde estaba el pocico del tio Caño, a la sazón, mi abuelo materno. Especialmente relevante era el papel  de la bicicleta en las fiestas: Carreras de velocidad, de habilidad para coger las cintas en el Barranco…Nuestra inseparable máquina nos hizo felices y autosuficientes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias bici por todos aquellos buenos momentos, mi infancia y adolescencia no habrían sido las mismas sin ti. A mí me compraron la bici con el dinero que "saqué" de la Primera Comunión y me duró hasta la veintena. Recuerdo como algo extraordinario que jugábamos al escondite por la noche y nos escondíamos por las cuevas, siempre con ella. Seguro que alguno os acorderéis pues eramos una buena trupe.
CMarin