EL CABALLO "CLAVILEÑO"
Por la noche, llevan a don Quijote y a Sancho hacia el caballo de madera y les dicen que deben taparse los ojos porque la altitud que van a alcanzar es muy grande y se pueden marear. Don Quijote y Sancho acceden, aunque el escudero con bastantes reparos, y, al momento, les indican que, para activar el caballo hay que mover una clavija que se encuentra en el cuello del equino y que, para desmontar, cuando lleguen, tendrán que esperar a que éste relinche.
Cuando don Quijote aprieta la clavija, todos los allí presentes se despiden como si realmente se estuvieran moviendo, incluso imitan el calor de la altitud y el movimiento del viento. Al cabo de un rato, los espectadores encienden la cola de "Clavileño", el cual, al estar lleno de cohetes, sale disparado por el aire tirando a don Quijote y a Sancho al suelo. Cuando se levantan, ven que no se han movido del lugar y que, a su alrededor, estan los mismos personajes que antes y observan también que, junto a ellos, hay una lanza con un mensaje que dice que don Quijote ha vencido con solo intentarlo y que Malambruno se contenta con eso y que ha desencantado a la Trifaldi y a sus doncellas. También dice que igualmente se desencantará Dulcinea cuando Sancho cumpla lo prometido. Al terminar de leer la carta, el duque felicita efusivamente a don Quijote por su hazaña.
Sancho le dice a la Duquesa que durante su viaje en "Clavileño" se ha quitado el pañuelo y ha visto cómo el mundo y las personas se ven muy pequeñas desde esas alturas; la duquesa le contesta que eso es imposible, respondiéndole Sancho que mediante el encantamiento nada es imposible. Sancho prosigue contando que ha estado tan cerca del sol y que ha podido comprobar que realmente es muy grande; también dice que se han detenido en la constelación de las siete cabrillas y que, debido a su pasado de cabrero, se ha entretenido un poco con ellas.
Cuando los duques se dan cuenta de que las bromas funcionan y don Quijote y Sancho no se percatan de nada, deciden proseguir con ellas para reírse más. Al poco, el Duque le dice a Sancho que se prepare, por que al día siguiente van a ir a la ínsula prometida y en la que el escudero desempeñará el papel de gobernador.
(Continuará).
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