Lo que tardó años en desaparecer, fue sustituido en tiempo récord. En agosto de 2014, la escultura se desmanteló y se cedió en depósito a la familia del autor, siendo sustituida por la de una ñiña, dedicando el monolito a la infancia, también de Francisco López y con título de "La Soledad". La oposición en el Ayuntamiento y algunos colectivos criticaron la rapidez del cambio, ya que éste se hizo sin consultarles, desoyendo la propuesta de dedicarla a Enrique Morente y argumentando que la "niña" formaba parte de una simbología religiosa y no laica.
Esta escultura, e incluso la plaza, pasan inadvertidas para los turistas, pese a su palacio, un edificio construido sobre los restos de un antiguo torreón o castillo, que pertenecía a las murallas de la ciudad. Se trata de un edificio moderno, con una sencilla portada con columnas salomónicas. Alrededor de este palacio, durante los siglos XVI y XVII, entretenían su ocio pícaros y bravucones.
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