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viernes, 10 de febrero de 2017

UN ARZOBISPO DE ZARAGOZA

Hace unos años me dio la "picá" e investigué la trayectoria de un marino un tanto desconocido, pero de gran renombre en el ámbito de la Armada: El Almirante D. Blas de Lezo y Olaberrieta, hasta tal punto que di una conferencia sobre él. Indagué por internet sobre este peculiar personaje e, incluso, me puse en contacto con museos de Donostia, El Viso del Alcor, Lima... Descubrí que un hermano de D. Blas, también militar, había estado en el Virreinato de Perú y que había tenido un hijo que, a la postre, iba a recalar en Zaragoza como gran figura eclesiástica. Se trataba de Agustín de Lezo y Palomeque.
                                        


Agustín nació en la ciudad de Los Reyes (más tarde Lima -Perú-) , el 28 de agosto de 1724 . Su padre, Francisco Ignacio de Lezo y Olaberrieta, se había casado con una criolla de ascendencia toledana llamada Prudencia en El Callao (el puerto de Lima). Educado de niño en Pasajes de San Pedro (la actual Passaia) –Guipúzcoa- de donde ascendían los Lezo, estudió Filosofía y Teología en Pamplona y en la Universidad de Navarra, obteniendo las licenciaturas y doctorados respectivos en la Universidad de Salamanca. Tras estar en la abadía de Cardona, pasó a desempeñar el arcedianato de Antequera en la catedral de Málaga, y ocupar la sede episcopal de Pamplona entre 1779 y 1783, fue nombrado arzobispo de Zaragoza , llegando a la misma el día 14-II-1784.


De espíritu liberal –aunque monárquico-, fue generoso y desprendido para con el dinero. De hecho, entre 1784 y 1786 favoreció con abundantes donativos a la Real Sociedad Económica Aragonesa . Durante su arzobispado, de arregló la fachada del palacio, donó una importantísima cantidad de reales de vellón para el Hospicio de Huérfanos y fundó los seminarios de San Valero y San Braulio, base de la reforma del clero aragonés.




En el terreno social, entre otras acciones, emprendió la repoblación de Almochuel – a seis kilómetros de Azaila, remontando el río Aguas, y a quince de Belchite, a cuyo partido judicial pertenece- con catorce colonos que recibieron casa y un lote de tierras y fundó un centro de primeras letras.



Contribuyó de forma extraordinaria en la guerra contra la Convención , como lo demuestra el hecho de haber entregado en aquellos momentos algo más de dos millones de reales, distribuidos en diversos partidos.
Murió en Zaragoza el 10 de febrero de 1796.

En la capital aragonesa tiene una calle con su nombre que va de la Avd. César Augusto a la plaza de San Roque.

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