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martes, 30 de mayo de 2017

LA BATALLA DE LA GRANJA (día 30)

El 30 de mayo de 1937 la guerra llega a las inmediaciones de Segovia. El Gobierno republicano ha planificado una ofensiva sobre la ciudad para contrarrestar el avance de Franco en Euskadi. La República necesita de una victoria psicológica que equilibre la contienda y nada mejor que conquistar una capital de provincia para apuntalar la moral del naciente Ejército Popular. Pero la defensa nacional se emplea a fondo y gana la partida. Es la llamada Batalla de La Granja, la misma que Hemingway llevaría después a la literatura en su novela "Por quién doblan las campanas", adaptada al cine por Sam Wood y que el grupo "Metallica" aprovechó para uno de sus temas.

El ataque republicano comenzó muy temprano, a las seis menos veinte de la mañana. Las brigadas del Ejército Popular del Centro que dirigía el general Miaja iniciaronel avance hacia las posiciones nacionalistas protegidas por los bombardeos de la aviación. A la izquierda, La LXIX Brigada parte de El Bardal, El Berrueco y Cuatro Caminos en dirección a Cabeza Grande, en cuya cima están los soldados de Franco, 318 hombres encuadrados en la 1ª Brigada que formaba parte de la 75 División. Por el centro, la XIV apenas logra despegar de sus bases y en cuanto deja atrás los pinares es contrarrestada por los nacionalistas que se alinean desde Valsaín al Cerro del Puerco. Por su parte, la XXXI Brigada, encargada de envolver La Granja por el flanco derecho, tiene más éxito y consigue desbordar la localidad. Sus hombres llegan incluso a cortar las carreteras que conducen a Segovia y Torrecaballeros. Aunque los mandos franquistas esperaban el ataque -hay quienes hablan de traición porque Varela y los suyos tenían preparada la contraofensiva con un gran número de hombres y mucho material- la situación es complicada y obliga al general Varela a trasladarse a Segovia y ordenar al V Tabor de Regulares de Melilla que pase a la acción en San Ildefonso. Paralelamente, la aviación republicana castiga las posiciones enemigas del sector de Guadarrama, aunque sin consecuencias importantes.

En líneas generales, la sorpresa ansiada por el ministro Prieto ha fallado y la operación ha nacido coja. Para las tropas franquistas, que vigilaban desde el Alto del León, no había pasado inadvertida la intensa circulación de camiones durante los días previos y carecía, por tanto, de toda sorpresa.

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