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viernes, 14 de julio de 2017

LOS PRIMEROS REGANTES (9)

LOS AMORREOS

Pueblos semitas procedentes del desierto que ocuparon las zonas oeste y este de la Media Luna Fértil. En el lado occidental se mezclaron con los cananeos, mientras que, en el oriental, lo hicieron con los acadios.. Estamos hablando del 2000-1800 a.n.e. Fueron apoderándose de varias ciudades (Larsa, Babilonia...) y lograron un próspero florecimiento de las mismas. También controlaron la zona septentrional y  lo que más tarde se conocería como Asiria.
Uno de los más destacados dirigentes babilónicos fue el hábil rey Hammurabi, que con su temple y juventud, fue aliándose con unos y otros hasta hacerse con el poder total de las zonas controladas por Larsa y Asur, llegando hasta la zona meridional, que rápidamente conquistó.
Se produjeron grandes modificaciones en temas religiosos (cambio de dioses, rituales, adaptaciones de leyendas...) y sobre todo, legislativas. El código de Hammurabi -una estela de casi tres metros e longitud, en laa imagen- no fue el primer escrito regulador de las normas por las que había que regirse una ciudad, zona o imperio, pero sí es el más antiguo que conocemos completo. Escrito en una estela de metros de diorita, presenta una escitura cuneiforme en la que se exponen casi trescientas leyes reguladoras de las ciudades mesopotámicas. La estela, tras cambiar de ubicación, fue descubierta en Susa en 1901 por el arqueólogo francés Jacques de Morgan que, rápidamente se la llevó a occidente. Es curioso como trata el tema social y las relaciones entre los hombres en cuanto a las desigualdades. El asunto comercial también está presente, así como los matrimonios,  los delitos, la irrigación, temas médicos...En fin, un compendio que, en algunos aspectos, está todavía en vigor tras 15 siglos de pervivencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

También interesante la tumba de Puabi:

El arqueólogo Leonard Woolley2​ descubrió la tumba de Puabi, que fue excavada por su equipo junto a otras 1800 tumbas en el "Cementerio Real de Ur" entre 1922 y 1934. Esta tumba fue excepcional entre las demás, no sólo debido a la alta calidad y conservación del ajuar funerario, sino también porque su tumba no había sido profanada por ningún ladrón de tumbas. Esta reina vivió en el siglo XXVI antes de Cristo.

Fue enterrada con 52 ayudantes — sirvientes que se sospecha se envenenaron a sí mismos (o bien, fueron envenenados por otros) para servir a su amada señora en el otro mundo. La cantidad de ajuar funerario que Woolley descubrió en la tumba de Puabi fue asombrosa: un magnífico y pesado tocado dorado hecho con hojas de oro, anillos y placas; una magnífica lira (ver Liras de Ur), con oro y lapislázuli incrustado con cabezas barbudas de toros; varias vajillas de oro; cuentas cilíndricas de oro, cornalina, y lapislázuli para extravagantes collares y cinturones; una carroza adornada con cabezas de leona, en plata y gran cantidad de anillos y brazaletes de plata, lapislázuli y oro.

Los tesoros excavados por la expedición de Woolley se dividieron entre el Museo Británico en Londres, el Museo de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia y el Museo Nacional de Irak en Bagdad. Varias piezas fueron saqueadas en este último por las secuelas de la Segunda Guerra del Golfo en 2003.