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miércoles, 9 de mayo de 2018

VENCERÉIS, PERO NO CONVENCERÉIS


Unamuno sale de la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936 acompañado del catedrático de Derecho Canónico y de un grupo de legionarios exaltados por Millán Astray. Al parecer, en un principio, el rector salió del estrado del brazo de Carmen Polo, la esposa de Franco, que había ido en su representación pues, ese día, se celebraba el "Día de la Raza". José Mª Pemán, con un discurso ultranacionalista y de corte fascista, seguido del profesor Maldonado, con el mismo talante, encendieron los ánimos del fundador de la Legión que empezó a desprestigiar -como había hecho Maldonado- a Cataluña y el País Vasco en un tono aguerrido y con muestras de cierta violencia física para subyugar a esas regiones, lo que motivó la intervención de Unamuno, que, al parecer, pronunció las palabras reflejasas arriba, aunque hay quien mantiene que no. Lo ciero es que sí las tenía escritas en las notas que fue tomando durante los discurso de los ponentes. Astray llegó a gritar "Muerte a la inteligencia", a lo que respondió Pemán: "¡No! Viva la inteligencia y muerte a los malos intelectuales". Unamuno fue destituido y murió poco después, en diciembre de 1936.

Miguel de Unamuno vence: el mito se mantiene en pie

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahora se pone en cuestión lo que le dijo Unamuno a Millán Astray y si se lijo o no. Lo importante es el trasfondo que hay detrás de la frase. Se puede tener el poder de la fuerza, pero no la convicción la razón y por mucha fuerza que se tenga nunca se podrá sujetar el pensamiento. Ahí hasta el esclavo es libre.