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viernes, 31 de agosto de 2018

TAL DÍA COMO HOY DE...

                                       Fernando VII desembarca en El Puerto de Santa María

1823, tuvo lugar la batalla del Trocadero,  un enfrentamiento entre tropas francesas al mando del Duque de Angulema, conocidas con el sobrenombre de "Santa Alianza" o los "Cien Mil Hijos de San Luis" (aunque en realidad no llegaron nunca a esa cifra) y el ejército constitucional y liberal español, aquel que defendía al gobierno legítimo instaurado con la reposición de la Constitución de Cádiz de 1812.

La victoria francesa permitió que el rey Fernando VII pudiera salir de la ciudad de Cádiz, en donde se encontraba retenido, para regresar a Madrid como rey absoluto pero, antes, tras el desembarco en El Puerto de Santa María, derogó la Constitución en una edificación, ya desaparecida, de la calle Larga, iniciándose el período histórico conocido como la "Década ominosa", en el que el felón y tirano Borbón cometió todo tipo de atrocidades.

La batalla de Trocadero
La acción bélica tuvo lugar en El Trocadero, una de las islas que componen la bahía de Cádiz, junto al itsmo de Matagorda que divide esta en dos. Los españoles construyeron el caño de Cortadura, que dividía el itsmo y dificultaba su acceso por tierra. En la parte más cercana a Cádiz, justo frente a los puntales, potente batería del puerto gaditano, se encontraba el Fuerte de San Luis o Fort Luis, punto estratégico desde el que los franceses ya habían bombardeado Cádiz diez años antes.

En esta ocasión, las tropas comandadas por el hijo del futuro rey francés Carlos X, Luis Antonio de Borbón y Saboya, Duque de Angulema, fueron las encargadas de tomar Cádiz por tierra, comenzando por conquistar el Trocadero, punto estratégico para el asedio a la ciudad.

Para impedir el avance francés, los españoles se habían situado en la orilla del canal de la Cortadura, único acceso al istmo, diversos sistemas defensivos que dificultaran un posible avance de la infantería gala, entre ellos diversas líneas de trincheras y montículos dispuestos con artillería. Sin embargo a finales de agosto los franceses bombardearon las posiciones hispanas, en particular las defensas del Trocadero. La noche del 31 con las bayonetas alzadas y el agua al pecho atravesaron sigilosamente el canal y accedieron a las primeras líneas de defensa cogiendo por sorpresa a los españoles. El factor sorpresa fue determinante y El Trocadero cayó. El bombardeó que sufrió a continuación obligó a Cádiz a rendirse.

La batalla de Trocadero no fue importante a no ser porque los franceses trataron de equipararla a otras de sus grandes victorias históricas con el objetivo de engrandecer el nombre de su imperio. En realidad no pasó de ser una escaramuza entre regimientos aunque a la postre tuviese un resultado tan negativo para nuestros intereses. Sin embargo, curiosidades de la historia, la Francia de la Revolución de la libertad homenajea esta victoria que trajo la ignominia, con un magnífico espacio verde en pleno corazón de París, los jardines de Trocadero, que seguro que se los enseñan a la pareja de güitres que pronto irán a esa gran ciudad que tanto nos entusiasmó a MJ y a mí y que, en cuanto podamos, volveremos para disfrutar (a pie) de sus calles, monumentos y restaurantes.

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