CARLOS III EN ZARAGOZA

En octubre de 1759  Carlos III visitó Zaragoza, acompañado de su esposa M.ª Amalia de Sajonia y del príncipe de Asturias Carlos Antonio, de paso para Madrid, procedentes de Nápoles, de donde había sido rey y tras haber desembarcado en Barcelona. Carlos llegó a España para tomar tomar posesión de la monarquía, al haber fallecido su hermanastro Fernando VI.

Durante el mes que residió en Zaragoza, se dedicó a cazar -era apodado "El rey cazador" en los montes de Torrero y a asistir a fiestas campestres y otro tipo de festejos, mientras, sus hijos, mejoraban del sarampión que habían contraído en el viaje y la reina de unas calenturas fluxionales.

Aprovechando su estancia, el conde de Aranda visitó al rey y le propuso la continuación de las obras de la Acequia Imperial, que luego se convertiría en Canal Imperial, obra importantísima para las tierras de Aragón y que yacía dormida desde hacía tiempo. El convincente conde hizo que el monarca concediera la construcción a la compañía francesa Badin. La obra sufrió muchos avatares hasta su terminación, en la que serían insignes figuras Aranda, Floridablanca y sobre todo, Ramón Pignatelli.

En el planteamiento de las obras del Canal se advierte la política de transformación económica de Carlos III, como monarca ilustrado; esta transformación se explica por una política absolutista, personalista, que no despótica y que despertará la oposición de los cuerpos privilegiados: la nobleza intentará enfrentarse haciendo valer sus derechos de control del poder, lo que va a dar lugar a un entendimiento con las clases populares, buscando intereses divergentes, pues el pueblo pretende sobre todo superar las crisis alimentarias. Más adelante, vendrán los problemas y motines, pero ésta es otra historia.