SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO
Alto y delgado, de frente despejada, gafas elegantes y voz pausada, largos dedos de pianista que mueve con habilidad en sus sermones y conferencias, y buen dialéctico, Santiago Cantera Montenegro tiene 46 años (Madrid, 1972), es decir, apenas tenía tres cuando murió Franco. Cuando tenía 21 años fue candidato en las elecciones generales y europeas por una rama de Falange Española. Tras una brillante carrera universitaria, decidió casarse, pero, cuando tenía 30 años, también se cayó del caballo y se hizo monje trapense -religioso que sigue la orden de San Benito-.
Ha llevado a rajatabla sus ideas del nacionalcatolicismo y no las de la Falange que preconizaba José Antonio -la España alegre y faldicorta- e, incluso, ha negado la comunión a mujeres que no visten conforme a lo establecido.
Superior de la abadía, abad en funciones, prior administrador… no depende de nadie, salvo de su abad francés. Así mismo, se llama superior de la abadía, aunque no obtuvo la mayoría absoluta, pero sí la suficiente, pero es evidente que se comporta como un abad, es decir, con todo el poder que las abadías benedictinas atribuyen al monje que ponen al mando mediante votación, en este caso, sus 22 compañeros que viven en el monumental caserón de Cuelgamuros.
Ha "pasado" olímpicamente de algunas decisiones judiciales y ha llegado a decir que si quieren algo de él, que vayan a verlo a su abadía. Defiende a ultranza el Valle de los Caídos por ser, según él, el lugar donde se encuentran 33.000 cadáveres de combatientes en común fraternidad.
Ha escrito varios libros, todos ellos con una marcada ideología extremista católica y es un experto en Historia Medieval. En cualquier caso, un personaje ególatra que tiene en jaque a todo el que disiente de sus firmes creencias
).
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