ELECCIONES GENERALES DE 1933

Dejando a un lado la diatriba de estos días en cuanto al voto femenino en estas elecciones hay que decir que los grandes perdedores de estas elecciones fueron los partidos republicanos de izquierda y el PSOE y que, el gran  triunfador de las urnas fue José María Gil-Robles, que con su formación derechista y católica (C.E.D.A.) muy organizada y con un papel relevante de las mujeres en sus filas,  logró aglutinar los votos de otros partidos no republicanos y resultó, sorprendentemente, como partido más votado, y por tanto, con plena capacidad legal para exigir el poder, aunque en realidad, era la minoría mayoritaría. Optó, sin embargo, por  renunciar a formar gobierno, de momento, pensando que le bastaría con presionar desde fuera a su aliado, el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux, en espera de que se templase las pasiones de las izquierdas -se habló repetición de elecciones, de dar golpes de estado, los anarquistas volaron trenes y causaron un centenar de víctimas... -. Pero sus adversarios tomaron esta negativa a hacerse con el poder como una muestra de debilidad y se enardecieron todavía más, de modo que cuando en 1934, Alejandro Lerroux (presidente del Gobierno), presionado por los cedistas tuvo que admitir la entrada en el gobierno de tres ministros de la CEDA, se desataron revueltas en muchas ciudades españolas, hubo una ley de amnistía, la dimisión de Lerroux, los viajes de Gil Robles a la Italia de Mussolini y sus macromítines fascistas derivaron en el estallido de  la revolución de Asturias que tras ser sofocada por Franco y otros generales, dejó un saldo de entre 1500 y 2000 muertos y entre 15000 y 30000 detenidos que fueron encarcelados. También fueron cesados de sus cargos los ayuntamientos de izquierdas y sustituidos por concejales designados a dedo, como ocurrió en Bardallur.