2001, siendo Presidente José Mª Aznar, el servicio militar obligatorio fue suspendido por la Ley 17/1999 de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas y el Real Decreto 247/2001 adelantó esa suspensión al 31 de diciembre de 2001.
En 1991, en el ámbito de la profesionalización de las fuerzas armadas, la Ley Orgánica del Servicio Militar acortó la duración del servicio a nueve meses, a la vez que preveía que los militares de reemplazo desarrollaran preferentemente actividades en aquellas unidades cuyo nivel operativo, capacidad de reacción o ámbito de actuación se ajustaran a la formación que se adquiría durante el servicio militar y reservaba las tareas caracterizadas por su mayor complejidad, responsabilidad o experiencia a los militares profesionales. Pero, todavía habría que esperar 8 años más para que se iniciase el proceso de la suspensión.
Para algunos, la mili fue una oportunidad para conocer otros lugares, socializarse, alfabetizarse, sacarse el carné de conducir de 1ª y "hacerse un hombre". Para otros como el suscribe, perdimos el tiempo, pasamos penurias, una climatología adversa, restricciones de agua, desarrollamos la picaresca para el escaqueo, bebimos y bebimos, y volvimos a beber, no aprendimos nada, pues todo lo que manejábamos era obsoleto, heredado de los norteamericanos -en mi caso de la guerra de Corea (1950-1953)-, los suboficiales eran chusqueros que habían ascendido por haber estado en el Sahara español en el año de la Marcha Verde (1975), y no tenían ni el bachillerato...En fin, un despropósito.
Lo que viene abajo es una entrada que colgué hace años:
He aquí a un soldado español presto a defender a su país de los ataques del enemigo. Obsérvese esa postura marcial y aguerrida realzada por los polvorientos suelos de los cerros cordobeses allá por el año 1976. Fíjense en esa mirada penetrante para infundir terror a sus adversarios...Basta ya de chorradas. La "puta mili", como decía el Ivá, me llevó al sur un verano caluroso del año mencionado. Tras pasar la instrucción en el CIR de Cerro Muriano (Córdoba) en condiciones infrahumanas, elegí destino -digo bien, pues los maestros podíamos elegir localidad y cuartel- dirigiéndome a la Brigada XXII de Jerez de la Frontera y más concretamente, al Batallón Mixto de Ingenieros, Compañía de Transmisiones. Me obligaron a ser cabo y a perder el tiempo con emisoras de la guerra de Corea por todas las ventas de los alrededores de Jerez, que era donde les gustaba a los sargentos chusqueros situar las viejas camionetas para establecer las redes -la más usada, "Selva"-. En las ventas nos poníamos moraos y llegábamos al cuartel tocaos del ala. Me pusieron a dar clase a los analfabetos, pero pronto le endosé el asunto a un pardillo que llegó dos meses después que yo. Conseguí el pernocta -me alojaba en la casa de los Fau- y tuve el privilegio de estar de cabo de guardia cuando el 9 de abril de 1977 legalizaron al Partido Comunista. Hubo mucho ruido de sables y yo acompañaba a los mandos que llegaban de otros acuartelamientos a una sala donde se realizaba una macrorreunión para tratar el asunto. Tuve la suerte de presentarme a las oposiciones y aprobarlas, lo que me cambió la vida de forma radical. Así pues, la "puta mili" fue decisiva en el devenir de los acontecimientos durante estos 38 años.
Aquí os dejo un enlace para poder visionar vídeos de "Historias de la puta mili":
http://www.eljueves.es/etiqueta/4550/puta_mili.html
1 comentario:
Yo sí que aprendí algo: a liar porros.
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