1536, moría en Kimboltón (Cambrdgeshire-Inglaterra) Catalina de Aragón, hija de los RR.CC. españoles, esposa viuda de Arturo, Príncipe de Gales y esposa repudiada de Enrique VIII de Inglaterra.
La causa de su muerte fue un cáncer, como así manifestaba su corazón de color negro, lo que propagó por Inglaterra el rumor de que había sido envenenada por orden del Rey. Durante mucho tiempo, la Reina había tenido la precaución de comer solamente alimentos preparados en su propia habitación, lo que demuestra que temía que el Monarca quisiera sacarle de la ecuación a la fuerza. Y desde luego Enrique no trató de disimular su alegría. Cuando supo de la muerte de su esposa, se vistió de amarillo de arriba a abajo, con una pluma blanca en el gorro, dio un baile en Greenwich y mostró a su hija Isabel (hija de Bolena) diciendo: «Sea alabado Dios, ahora que la vieja bruja ha muerto ya no hay temor de que haya guerra».
Veintidós días más tarde, sería enterrada en Peterborough con honores de princesa viuda de Gales (no de reina). Enrique no asistió a la ceremonia y prohibió que María, hija de ambos, tampoco lo hiciera.
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