Tal día como hoy de 1641, el arzobispo Apaolaza declaró
milagrosa la restitución de la pierna de José Pellicer.
Según
la historia oficial (la eclesiástica), la localidad turolense de Calanda fue
testigo, en la noche del 29 de marzo de 1640 , de un prodigio sin igual: Miguel
Pellicer, el “cojo de Calanda”, recuperó milagrosamente su pierna derecha
gracias a la supuesta intercesión divina de la Virgen del Pilar de
Zaragoza. Se iniciaba así uno de los milagros más fascinantes y documentados de
todos los tiempos.
Dos años y medio antes, su extremidad había sido amputada a la altura de la rodilla debido al daño que le causó el paso de la rueda de un carro sobre la espinilla.
Siete años después, el 12 de septiembre de 1647, Miguel moría en el anonimato en la población zaragozana de Velilla de Ebro, al regresar a Zaragoza desde Mallorca, donde había estado recaudando limosna para el templo del Pilar.
Dos años y medio antes, su extremidad había sido amputada a la altura de la rodilla debido al daño que le causó el paso de la rueda de un carro sobre la espinilla.
Siete años después, el 12 de septiembre de 1647, Miguel moría en el anonimato en la población zaragozana de Velilla de Ebro, al regresar a Zaragoza desde Mallorca, donde había estado recaudando limosna para el templo del Pilar.
Si
queréis saber las investigaciones científicas, abajo podéis enlazar:
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