Me levanté muy temprano (5:00 a.m.) para que me diese tiempo
a todo lo que suelo hacer por la mañana (aseo, desayuno, ver el correo, leer un
poco las noticias y, en este caso, supervisar la maleta y la bolsa que me iba
llevar. MJ se levantó al poco y, sobre las 6:40 me llevó a la estación. Tomé el MD a las 7:06 con
puntualidad, sin embargo, llegó a
Sevilla Stª Justa con 10´de retraso, aún así, no tuve problemas para coger el
AVE que estaba situado en una vía próxima. A las 8:50 salimos hacia Córdoba, primera de las dos paradas
antes de Zaragoza. El vagón (coche, le llaman) iba medio vacío, lo que me
permitió viajar solo todo el trayecto. La parada de Córdoba duró más de 15´,
creo que por que allí se une otro tren. La siguiente parada, Ciudad Real, el
tiempo suficiente para que el interventor se fumara un cigarro en el andén. De
allí, sin más dilación y sin paradas, a 300 km/h, en algunos tramos, hasta
Zaragoza Delicias. En el recorrido por la meseta castellana, campos nevados
(ver imagen) y, al llegar al Valle del Jalón, sol y viento. El tren llegó con
puntualidad (12:33). Mi cuñada Pili y mi sobrina Pilar vinieron a recogerme y
nos trasladamos a Épila para comer (borrajicas y conejo con tomate y pimientos,
regado con vino tinto del Campo de Borja). A las 16:00, mi hermano Joaquín me
bajó a Bardallur y, tras organizar un poco la casa y el contenido del equipaje,
salí al bar del “Chispa”. No había nadie, solo Ana, la camarera. Me puse a leer
el Heraldo y a resolver los pasatiempos. Al rato, llegó algún que otro
parroquiano, entre ellos, José el Arilla, el urreano Santos Cobos y el “güitre”
Manuel Langarita. Unos tintos Borsao acompañaron a una chacina que trajo el
plasenciero Manolito Marcén y a un queso
de oveja que aportó Manolo. Se incorporó, también, Miguel Ángel Gómez,
otro plasenciero amigo de mi hermano Fernando. Me gustó la reunión; allí
estábamos gente de tres pueblos compartiendo risas y viandas en total armonía.
Un lujo. Me vine para casa, cené un poco, vi la tele un ratico y, a las 11:00, rendido, me acosté.
Para pasar el vino.
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