Decía el añorado Eduardo Haro Tecglen que no se podía hablar de la Ley de la Gravedad si a la vez se empezaba a levitar. Más que nada porque la teoría no se confirmaba con los hechos. Algo así ocurre con muchos dirigentes de la izquierda que se les llena la boca hablando de la enseñanza pública y luego llevan a sus hijos a centros privados, muchas veces religiosos. Debería hacerse una campaña de outing para descubrir la impostura. que cada uno lleve a sus hijos donde les parezca ,faltaría más, pero que luego no presuman. Para empezar una sindicalista transmutada en candidata a la presidencia de la Junta que gusta enfundarse de la camiseta verde en defensa de la escuela pública pero ella misma lleva años alejada de las clases entre la liberación sindical y la política. Otra que levita. Hijos de la que fuera candidata socialista a la alcaldía de Cádiz que iban a San Felipe, del actual a las Carmelitas, de una dirigente local del PSOE que los lleva a los colegios del Opus, del expresidente Chaves que los llevaba al Centro Inglés, del sindicalista y concejal de IU de la glorieta que lo llevaba a San Vicente , de la dirigente de Podemos de Sevilla que quería hacer una consulta popular sobre la Semana Santa pero lleva a sus hijos a un centro religioso. Y así una larga lista de dirigentes de partidos de la izquierda que van a la Marea Verde, hablan del blindaje de los servicios público pero no predican con el ejemplo. Cuando tienen que decidir sobre sus hijos hacen lo contrario de lo que dicen. No sé si son minoría o mayoría, pero sí sé que algunos ocupan puestos destacados. No es creíble hablar de la enseñanza pública y romperse la camisa en su defensa si luego llevan a sus hijos a centros privados, concertados o de pago, que tanto da para este caso. El movimiento se demuestra andando. Si se dice defender la enseñanza pública la mejor manera de hacerlo es no escaqueándose de dar clase sino acudiendo cada día a hacer de los centros públicos un lugar de excelencia y dejar al cuidado de la enseñanza pública la educación de los propios hijos.
Ahora que se abre el proceso de matriculación todos los que dicen defender la escuela pública tienen la oportunidad de predicar y dar trigo. En la escuela pública hay grandísimos profesionales que se preocupan cada día por ofrecer una buena enseñanza a nuestros hijos y por darles una educación en los valores de la igualdad, la tolerancia y la democracia. Ni en la magia ni en el Hombre del Espacio.
Fernando Santiago
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