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martes, 21 de marzo de 2017

TAL DÍA COMO HOY DE...

1739, se produjo el matrimonio por poderes entre Pedro Pablo Abarca de Bolea  Ximénez de Urrea y Pons de Mendoza, duque de Almazán y futuro X conde de Aranda, y Ana Mª del Pilar Fernández de Híjar y Portocarrero Funes de Villalpando, cuarta hija del VIII duque de Híjar.
Las capitulaciones matrimoniales se habían firmado en Madrid el día 7 de julio de 1738. El matrimonio se contrajo in facie Ecclesiae en la villa de Mascaraque (Toledo). Pedro Pablo,  que entonces contaba con 19 años, dos menos que la novia, se encontraba por aquel entonces guerreando en Italia y se nombró  poderhabiente al hermano de la novia Joaquín Diego, IX duque de Híjar, que más tarde se casaría con Mª Engracia, hermana mayor de Pedro Pablo. El 21 de marzo se ratificó el matrimonio, pero los novios no se vieron hasta 1740. Al año siguiente, nació en Zaragoza, para no perder los privilegios de  Rico-Hombre de Aragón, el heredero, Luis Augusto, que, tristemente, murió a los  14 años. Se quedó la Casa de Aranda con esta desgracia sin descendiente varón, pues el otro vástago de los condes era su  hija Mª Ignacia que quedó como heredera. Pedro Pablo andaba en litigios con el conde de Fuentes por unos marquesados y se les ocurrió que podían limar asperezas y solventar el problema casando a sus hijos, como así fue, aunque al hijo del conde de Fuentes, José Pignatelli y Gonzaga, marqués de Mora,  no le gustara mucho la Ignacica, pues era debilucha, muy morena y con los dientes hechos mixtos. es decir, totalmente podridos. Pero esta es otra historia que contaré mañana o pasado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Rey Jaime I de Aragón, tras quedar viudo de su segunda esposa Violante de Hungría tuvo numerosos hijos bastardos. Con Berenguela Fernández tuvo a Pedro Fernández, señor de la baronía de Híjar. Estos bastardos reales fueron el origen de algunas de las más importantes casas nobiliarias de Aragón y Valencia como el condado de Hijar. El tronco de la estirpe, Pedro Fernández utilizó el topónimo de Híjar y, así, como Fernández de Híjar, se transmitió durante veintiséis generaciones hasta la Casa de Alba a través de María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva Fernández de Híjar heredera del Conde de Aranda.