Los casitas adoptaron la cultura mesopotámica y la versión babilónica de la religión sumeria. Reconstruyeron el templo babilonio de Marduk y revitalizaron Ur. El uso del caballo se generalizó y ya todos los pueblos empezaron a utilizarlo como arma de guerra y las fuerzas empezaron a equilibrarse. Los egipcios, con Tutmosis III al frente, derrotaron a Mitanni y ciudades hititas y empezaron a controlar territorios mucho más extensos. Pero al desaparecer Tutmosis, lo que quedaba del Mittanni empezó a decaer por problemas dinásticos, mientras que los hititas empezaron a resurgir estableciendo un gran imperio en el norte, creando hacia el 1375 a.C. el Nuevo Reino y otros pueblos, como los asirios, con Ashur-uballit a la cabeza, se independizaron de Mittanni, y éste desapareció en unos cuantos decenios. Ashur fue sucedido por su nieto Salmanusasarid (Salmanasar, en La Biblia) que convirtió Asiria en una gran potencia y se aproximó hacia las fronteras del gran reino hitita, que en 1274, con Muwatalli a la cabeza, había mantenido contra los egipcios del gran Ramsés II, una de las batallas más importantes del 2º milenio a.C.: La batalla de Qadesh.
La gran batalla se celebró en zona cananea y la finalidad era la posesión del actual territorio sirio. Ramsés II estaba deseando esta contienda y preparado para ello desde muy joven. La muerte de su padre, Seti I, precipitó los hechos y la batalla tuvo lugar en las proximidades de Qadesh con miles de soldados de infantería y carros de distinta consideración, también en gran número.
(Continuará).
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