El obispo Zornoza pide a las cofradías que se esmeren en la preparación del Corpus
Es decir, que le vayan preparando las comilonas a las que está acostumbrado regadas con vinos de calidad superior para acompañar las viandas que le dispensan en los mejores restaurantes de la ciudad de Cádiz. Es de vergüenza que un ultra como él sea el representante de la Iglesia en la ciudad en la que más veces se ocupan las calles con procesiones de varias índoles, que deshaucia negocios tradicionales para especular con los terrenos y que gasta dinero de sus fieles en opíparas reuniones gastronómicas. Por supuesto que, estos días de atrás, acompañó a M. Rajoy en su visita a la ciudad y que ha celebrado en Puerto Real la misa de romeros, un anacronismo cristiano que debería desaparecer o cambiar de formato para no molestar más a los usuarios de las calles y carreteras en su marcha hacia el Rocío. En pleno siglo XXI, que sucedan estas cosas es digno de un estudio antropológico que nos lleve a reflexionar si hemos evolucionado o seguimos anclados en los tiempos más rancios y casposos del postfranquismo.
El artículo no tiene desperdicio.
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