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miércoles, 5 de junio de 2019

DESTRUCCIÓN MASIVA


Portada principal con columnas toscanas, motivos florales, escudo nobiliario y balcón con traza trapezoidal con soporte, muy a la americana.


Puerta principal. Recuerdo que entré en varias ocasiones y, tras cruzar el zaguán, se encontraba el patio columnado con arcos italianizantes, con un pozo y una placa conmemorativa de la estancia real en 1729 y 30. Había una entreplanta donde solían estar las oficinas. A la izquierda estaban las escaleras y en la primera planta -la que otrora fuera la estancia nobiliaria- había sufrido muchas modificaciones para convertir los salones en habitaciones para ser ocupadas por familias, al igual que la planta superior -la del servicio, con las salas de planchado, guardarropía..., también habitada por vecinos. En la actualidad, debido al estado ruinoso, está cerrada. Afortunadamente, la otra casa que os he comentado, la de Roque Aguado, la están rehabilitando.

 Detalle en la fachada lateral conuna puerta que daba a jardines y patio.
Estado de la derribada parte trasera

Ayer fui a la oficina de Correos de la portuense plaza del Polvorista -llamada así por residir en ella un tal Raimon, de la colonia francesa del S. XVIII que se dedicaba a este oficio-. Las propias dependencias de servicio postal se encuentran situadas junto a lo que fue sede del antiguo ayuntamiento, la casa-palacio de los condes de Villa-Miranda*, a la sazón, cargadores a Indias. En esta plaza se encuentran, además, dos edificios singulares con denominación BIC, las casas-palacio de  otros cargadores, la de Roque Aguado y la de los Vizarrón, más conocida como de "Las Cadenas", por haber ostentado en su dintel unas cadenas en señal de que allí se había hospedado en tres ocasiones el rey Felipe V y su segunda esposa Isabel de Farnesio, junto a sus hijos.  También destacó en este espacio un cuartel -ahora teatro "Muñoz Seca"- y un colegio, otro antiguo palacio desaparecido, del que fue profesor, por cierto, Antonio de la Torre.
A partir de los años 60 del siglo pasado, los diferentes ayuntamientos tardofranquistas hicieron dejación de gran parte de sus funciones en cuanto a la conservación de su patrimonio y hubo cantidad de derribos en la parte antigua de la ciudad con objeto de construir bloques de viviendas o de otros usos.
La última barbaridad urbanística se llevó a cabo en el siglo actual cuando no se le ocurrió a dos constructores, con la aquiescencia del Ayuntamiento, entonces en manos del grupo "Independientes Portuenses" con su alcalde Hernán Díaz Cortés a la cabeza, derribar por ruina, según ellos, en 2004 la parte trasera de la "Casa de las Cadenas". Cuando se intentó paralizar, ta estaba todo volado. El grupo municipal de IU denunció el asunto y, después de muchos recursos, en el 2014 salió la sentencia condenatoria de multa de 9.000 euros a cada constructor y la  reparación de lo derribado; así mismo, se penalizaba con la inhabilitación al alcalde, al concejal de Urbanismo y al arquitecto municipal por prevaricación.
Desconozco, aunque otro día lo buscaré, qué repercusión tuvo en los ediles y el técnico municipal  la condena y si los constructores (destructores, más bien) pagaron o no. Lo cierto es que, a día de hoy, la parte trasera sigue como la veis en la imagen que tiré ayer al pasar por allí; es decir, está igual que cuando se derribó. Recuerdo que se adujo que no tenía valor alguno, sin embargo, allí estaban las habitaciones donde se alojaron los monarcas con vistas al río y a la zona de Valdelagrana, además de un embarcadero y dos patios en los que había un molino y un jardín con especies traídas de América.

* Esta casa-palacio la he conocido con varios nombres: Imblusqueta o Imbluzqueta, Reinoso-Mendoza y, ahora, conde de Villa-Miranda. Esta última denominación la tengo documentada y data de 1749 y 1750 cuando se le concede merced al vecino portuense D. Ignacio José Fernández Miranda, recayendo el título el 22 de enero de 1750 en D. José de Miranda, de la Orden de Santiago,  del Consejo de Hacienda y Gentilhombre de la Cámara del Rey.

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