Aval Madrid era una Sociedad de garantía recíproca, cuya finalidad en un principio era conceder avales a sus asociados ante entidades financieras un les daban préstamos. La entidad era semi pública, mitad de la Comunidad y mitad de los asociados, para obtener un aval era preciso pagar una cuota de asociación que junto con las de los otros asociados y la Común constituía un patrimonio que respaldaba la entidad. La idea parecía buena, el problema es que se convirtió un feudo del Partido Popular, los dirigentes eran más que profesionales, políticos a los que se reservaban prebendas. Los solicitantes de avales que no eran afines al PP recibían la negativa por respuesta y se convirtió en un nido de corrupción del que se beneficiaron sólo los empresarios peperos y claro la quiebra estaba asegurada. Urge sacar un listado de los beneficiados y de los que pasaron a morosidad, pues al fin parte del dinero evaporado es de todos los madrileños, pero por desgracia la Comunidad está en manos del trifachito y nos quedaremos una vez más sin plumas y cacareando.
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Aval Madrid era una Sociedad de garantía recíproca, cuya finalidad en un principio era conceder avales a sus asociados ante entidades financieras un les daban préstamos. La entidad era semi pública, mitad de la Comunidad y mitad de los asociados, para obtener un aval era preciso pagar una cuota de asociación que junto con las de los otros asociados y la Común constituía un patrimonio que respaldaba la entidad. La idea parecía buena, el problema es que se convirtió un feudo del Partido Popular, los dirigentes eran más que profesionales, políticos a los que se reservaban prebendas. Los solicitantes de avales que no eran afines al PP recibían la negativa por respuesta y se convirtió en un nido de corrupción del que se beneficiaron sólo los empresarios peperos y claro la quiebra estaba asegurada. Urge sacar un listado de los beneficiados y de los que pasaron a morosidad, pues al fin parte del dinero evaporado es de todos los madrileños, pero por desgracia la Comunidad está en manos del trifachito y nos quedaremos una vez más sin plumas y cacareando.
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