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miércoles, 11 de septiembre de 2019

LA DIADA





Todos conocemos como la Generalitat de Catalunya y el nacionalismo catalán utilizan de forma sesgada, interesada y torticera algunos temas que nada tienen que ver con la realidad. Lo último, los libros de texto; pero lo más flagrante es que, desde hace unos 80 años, el catalanismo fragmentario lleva a cabo la celebración de la Diada, la conmemoración de una derrota ocurrida el 11 de septiembre de 1714,  día en el que el conseller en cap  Rafael Casanova decidió luchar contra el ejército borbónico a cuyo mando estaba el duque de Berwich y, a sabiendas de que no tenía nada que hacer, pues los 35.000 soldados y 5.000 jinetes partidarios de Felipe V eran muy, pero que muy superiores a los 16.000 con los que contaba Barcelona, muchos de ellos ciudadanos. El duque había ofrecido la rendición sin causar víctimas, pero Casanova, el patriota español, que no catalán, no aceptó si no se mantenían los fueros y llevó a la ciudad al enfrentamiento, lo que ocasionó unos 6.000 defensores muertos y un indeterminado nº de heridos; por su parte, el ejército también sufrió considerables bajas (unos 12.000 entre muertos y heridos).


Grabado del sitio de Barcelona (1714) en el que se puede observar el bombardeo de Barcelona, sitiada por el Duque de Berwick. A la izquierda, el sistema de trincheras paralelas donde se instaló el tren de artillería francés que batió la muralla de Levante hasta abrir siete brechas. A la derecha, batería de morteros instalada en el convento de capuchinos del monte Calvario. Al fondo, la armada francesa del almirante Ducasse bloqueando la bocana del puerto de Barcelona

¿Qué hizo a Casanova tomar esa decisión suicida ante el asombro de propios y extraños? El conseller en cap era un austracista a ultranza y creía que el dominio francés perjudicaría a España por el control que tendría sobre las oligarquías y el pueblo. Así que, el motivo principal no fue por conseguir una Cataluña independiente -Casanova no era secesionista-, sino para que España se viera libre del absolutismo francés. He aquí algunas de sus frases: (sic) y extermine todos los honores y privilegios, quedando esclavos con los demás españoles engañados y todos en esclavitud del dominio francés;pero así y todo se confía, que todos como verdaderos hijos de la Patria, amantes de la libertad, acudirán a los lugares señalados, a fin de derramar gloriosamente su sangre y su vida por su Rey, por su honor, por la Patria y por la libertad de toda España».
Es de destacar, también, la cancioncilla que se entonaba en aquel año y que tenía muy poco de secesionista y que decía: «Mueran los enemigos, y sus huestes tiranas sean viles despojos de nuestras fuertes armas. ¡Al arma catalanes, paisanos siempre al arma, hoy muera el enemigo, hoy se libera España!»


Monumento a Casanova en  Barcelona

Así que, la culpa de la masacre, como refleja Kamen o Insúa, fue de Casanova, que por cierto, fue herido levemente y retirado de la batalla, para posteriormente, quemar sus archivos, no asistir a la rendición,  hacerse pasar por muerto y vestido de monje huir a casa de un hijo en San Boi de Llobregat, hasta que en 1719 fue rehabilitado y siguió ejerciendo de abogado hasta 32 años después de su locura austracista y salvadora de España.
Por último, recordar que el archiduque Carlos era rey de toda España, no solo de Cataluña y que no fue una guerra se secesión, sino de sucesión y que llevar flores al monumento a Casanova el día 11 de septiembre es un sinsentido.

2 comentarios:

Teresa dijo...

Muy interesante. Con tu permiso lo comparto.

😉 dijo...

Así es,y siempre me he preguntado cómo siguen los secesionistas celebrando a este Casanova. Claro que con la manipulación histórica que arrastran no es de extrañar. Tú conoces a mi amiga María José, profesora de Historia y Arte en secundaria en Barcelona que cuando venía a Zaragoza íbamos a comprar los libros porque en Cataluña estos no tenían nada que ver. País...!!!!
CMarin